Un estudio publicado recientemente por la Universidad Cornell describe cómo los cambios en la dieta de los europeos después de la introducción de la agricultura hace 10,000 años dio como resultado adaptaciones genéticas que favorecieron las tendencias alimenticias de la época.
Antes de la revolución neolítica que comenzó cerca de 10,000 años atrás, las poblaciones europeas eran de cazadores y recolectores que llevaban dietas basadas en carne de animales y mariscos. Sin embargo, después de la llegada de la agricultura en el sur de Europa hace cerca de 8,000 años, los agricultores europeos cambiaron a dietas principalmente basadas en vegetales.
El estudio – el primero en separar y comparar adaptaciones que ocurrieron antes y después de la revolución neolítica – revela que estas prácticas alimenticias están reflejadas en los genes de los europeos.
“El estudio muestra el impresionante rol que la dieta ha tomado en la evolución de las poblaciones humanas,” dijo Alon Keinan, profesor adjunto de genómica computacional y poblacional y autor asesor del trabajo. Kaixiong Ye, investigador de posdoctorado en el laboratorio de Keinan, es el autor principal del trabajo.
El estudio tiene implicaciones para el creciente campo de la genómica nutricional, llamado Nutrigenómica. Con base en la ascendencia de las personas, los clínicos podrían algún día confeccionar la dieta de cada persona de acuerdo con su genoma, para mejorar la salud y prevenir enfermedades.
El estudio muestra que las dietas vegetarianas de los agricultores europeos dieron como resultado una mayor frecuencia de un alelo que codifica células que producen enzimas que ayudaban a los agricultores a metabolizar las plantas. La frecuencia se incrementó como resultado de la selección natural, y los agricultores vegetarianos con este alelo tenían ventajas de salud que les permitían tener más hijos, heredando esta variante genética a su descendencia.
El gen FADS1, hallado en estos agricultores vegetarianos produce enzimas que juegan un rol vital en la biosíntesis de los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3 y omega-6. Estos ácidos grasos son cruciales para el desarrollo adecuado del cerebro humano, controlando la inflamación y la respuesta inmune. Aunque los ácidos grasos omega-3 y omega-6 pueden ser obtenidos directamente de dietas basadas en carne animal, se encuentran al margen de dietas basadas en vegetales. Los vegetarianos requieren de las enzimas FADS1 para biosintetizar los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, de los ácidos grasos de cadena corta hallados en plantas (raíces, vegetales y semillas)
El análisis de ADN antiguo reveló que antes de que los humanos desarrollaran la agricultura, la dieta basada en carne animal de los cazadores-recolectores europeos predominantemente favorecía la versión contraria del mismo gen, la cual limita la actividad de las enzimas FADS1 y está mejor adecuada para las personas con dietas a base de carne y mariscos.
El análisis de las frecuencias de estos alelos en los europeos mostró que la preponderancia del alelo para dietas basadas en vegetales decrecía en los europeos hasta la revolución neolítica, después de la cual aumentó considerablemente. Paralelamente, la versión opuesta del mismo gen hallado en los cazadores-recolectores se incrementó hasta la llegada de la agricultura, después de la cual disminuyó considerablemente.
Los investigadores también hallaron un gradiente en las frecuencias de estos alelos de norte a sur desde la era neolítica, incluyendo a poblaciones modernas. Todos los agricultores dependían fuertemente de las dietas basadas en vegetales, pero esa dependencia era más fuerte en el sur, en comparación con los europeos del Norte – cuyos ancestros agricultores bebían más leche e incluían mariscos en su dieta.
Los alelos basados en vegetales regulan los niveles de colesterol y han sido relacionados con riesgos de muchas enfermedades, incluyendo enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades cardiovasculares, artritis y trastorno bipolar.
“Quiero saber cómo es que diferentes individuos responden de manera diferente a la misma dieta,” dijo Ye. “Estudios futuros investigarán vínculos adicionales entre la variación genética, las dietas y la salud, por lo que en el futuro, podremos proporcionar recomendaciones alimenticias que sean personalizadas de acuerdo a los antecedentes genéticos de cada persona,” añadió.
Fuente: eurekalert.org
Fecha: 12 de junio de 2017
Link: https://www.eurekalert.org/pub_releases/2017-06/cu-hdt061217.php
Fuente original: Universidad Cornell
El estudio fue auspiciado por los National Institutes of Health y la Fundación Edward Mallinckrodt Jr.
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.