Para aprender más sobre la nutrigenómica y lo que significa comer en general, hablamos con El-Sohemy sobre el tema, en un intento por analizar si realmente esta área es el futuro.
Conversación con el gurú en Nutrigenómica el Dr. Ahmed El-Sohemy de la Universidad de Toronto
He aquí algunas de las cosas que sabemos sobre el café: un par de tazas al día pueden ayudar a prevenir el cáncer de próstata. Es útil para facilitar la evacuación por las mañanas. También es de donde la mayoría de los americanos obtiene antioxidantes. Sin embargo, más allá de eso, lo que se escucha del café, y si es saludable o no, probablemente es inconsistente.
El café y la Nutrigenómica
El Dr. Ahmed El-Sohemy tiene una explicación para esa inconsistencia: el café, como otros alimentos y nutrientes, reacciona de forma diferente en diferentes personas debido a la composición genética de estas. El profesor e investigador de la Universidad de Toronto, ha hallado que si se examina un gen llamado CYP1A2, se puede determinar qué tan rápidamente metaboliza el café una persona. Si bebes café en grandes cantidades y lo metabolizas lentamente, entonces es más probable que también desarrolles problemas de salud como ataques cardíacos o diabetes.
Escuché por primera vez sobre la nutrigenómica mientras preparaba una historia sobre un equipo de nutricionistas. Sus defensores argumentan que podría ser la próxima gran innovación en la nutrición, que le permitiría a las personas obtener asesoramiento personalizado sobre su dieta, con base en pruebas genéticas (o mejor aun: le permitiría a las personas obtener asesoramiento alimenticio personalizado a través de pruebas genéticas). Imagina esto: ¿Qué pasaría si supieses, a nivel genético, que eres propenso a tener presión alta por consumir demasiado sodio? ¿O que de hecho posees es un receptor hiperactivo de gusto dulce que hace que te vuelvas loco por las tartas?
GQ: Primero que nada, ¿todavía sabemos cómo es una dieta saludable?
Por lo general, tenemos una buena idea de lo que es una dieta prudente, una dieta saludable, si se quiere: una dieta limitada en carbohidratos procesados y refinados, limitada en carnes rojas y carnes procesadas, rica en vegetales y frutas frescas y granos enteros—eso sólo es de forma general. Puedes comparar eso con una dieta rica en alimentos procesados y carnes rojas y hay diferencias masivas en términos de salud cardiovascular, mortalidad, cáncer y todo lo que está en medio. Sin embargo, si se comparara cada individuo que lleva una dieta mala contra una dieta buena, se verían algunas coincidencias, como que algunas personas que llevan teóricamente una “buena dieta” tienen resultados peores que algunas personas que llevan en teoría una “mala dieta.” Por lo general les llamábamos casos atípicos.
Pero ahora, de acuerdo con sus estudios, hay una probabilidad de que esos casos atípicos estén causados por una variación genética en vez de por un error en los datos. En su opinión, ¿considera que esto da al traste con todos los estudios nutricionales que existen?
Bastante. Realmente tenemos que echar un vistazo atrás y reconsiderar cada estudio que se ha hecho y decir, “Bueno, vemos que hay una mejora general o un efecto general en alguna consecuencia de salud, pero ¿cómo responden los individuos?” ¿Hay una diferencia genética que pueda explicar por qué alguien responde de forma excelente en comparación con alguien que responde modestamente, en comparación con alguien que responde de forma opuesta? Ya sean grasas saturadas, cafeína, vitamina C, gluten—cualquier vitamina o factor alimenticio que sea, hay al menos un gen, si no es que múltiples genes, que pueden causar un impacto en la manera en que respondemos.
Los críticos dirían que las pruebas genéticas para asesoramiento nutricional están sobre estimadas, especialmente ya que no se conocen todos los factores genéticos en juego. Por ejemplo, el café es realmente complejo químicamente y no existen suficientes investigaciones para mostrar cómo reacciona cada gen a cada componente químico. ¿No son suficientes las pautas alimenticias saludables generales?
Primero que nada, la mayoría de la gente ha dejado de prestar atención a este mensaje porque escucha sobre hallazgos contradictorios. Para algo tan comúnmente consumido como el café, encontramos mensajes contradictorios todo el tiempo. Un día es bueno, al otro, es malo. Alguien que bebe cuatro tazas al día, quiere saber si necesita disminuir su consumo. Hoy en día, damos recomendaciones sólo con base en el promedio de un grupo.
Sin embargo, ahora tenemos muchos estudios que han mostrado que este gen, CYP1A2, puede estratificar inmediatamente a la población entre ese nivel contra aquel otro. ¿Serían las sugerencias perfectas o las recomendaciones finales? No. A medida que aprendemos más sobre otros factores, podemos afinar más esas recomendaciones. Sin embargo, tenemos que comer hoy, y ahora mismo proporcionamos asesoramiento nutricional basado en avances científicos muy antiguos.
¿Y ha investigado cómo respondieron las personas después de darles su información genética? ¿Qué ha encontrado?
Las personas quieren saber qué les funciona mejor. No les importa en realidad cuál gen se activa o se desactiva cuando beben café, simplemente quieren saber si deberían beber café o si deberían limitarlo.
En una prueba aleatorizada controlada, la regla de oro para la evidencia científica, le dimos a la gente recomendaciones para limitar su consumo de sodio hasta una cierta cantidad, y no lo hicieron. Pero cuando les dijimos, “Tenéis un gen que incrementa vuestro riesgo de hipertensión debido al sodio”—con únicamente esa línea adicional de texto, la misma recomendación para limitar su consumo de sodio hasta una cierta cantidad—lo hicieron y lo mantuvieron un año después. Desde un punto de vista de comportamiento científico, ese es un efecto bastante profundo.
Usted ha realizado otras investigaciones que hallaron que las variaciones en dos genes en conjunto, un transportador de glucosa y un receptor de gusto dulce, pueden ser un factor poderoso para comer en exceso. No obstante, saber que uno es propenso a comer en exceso no es lo mismo que encontrar una cura para ese comportamiento, ¿correcto?
Cuando ese estudio fue presentado por primera vez hace años, era fascinante leer algunos de los comentarios de los lectores. Es muy fácil para nosotros decir, “Esa persona es débil, debería dejar de consumir azúcar porque yo puedo hacerlo sin problemas.” Tú no tienes las mismas ansias e impulsos metabólicos que a ellos les hacen apetecer más alimentos dulces. Creo que ese conocimiento otorga cierto poder.
Me conozco a mí mismo y tengo esa versión de ese gen. En Halloween, cuando mis hijos tienen muchas golosinas, tengo mucho cuidado de no llevar más que sólo una pequeña barra de chocolate a la oficina porque sé que por la tarde cuando me entran ansias de azúcar, acabo con todo. Me da mucha confianza saber eso.
Fecha: 29 de agosto de 2016
Fuente: gq.com
Por: Luke Darby
Link: http://www.gq.com/story/are-your-genes-screwing-up-your-diet
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.