Durante el Estado de la Unión 2015, el presidente Barack Obama nos recordó la importancia de la medicina personalizada. El director asociado de La Oficina de Ciencias de la Casa Blanca, Jo Handelsman, describe la medicina de precisión como «un nuevo enfoque para promover la salud y el tratamiento de la enfermedad tomando en cuenta las diferencias individuales en los genes, ambientes y estilos de vida de las personas.»
También hemos escuchado de CURE, cómo la medicina de precisión es un modelo en el que un plan de tratamiento se basa en las características genéticas de un individuo y la genética del tumor. El tratamiento del cáncer ha entrado en este nuevo modelo ya que los pacientes con cáncer de mama, pulmón, cánceres colorrectales y el melanoma se someten rutinariamente a las pruebas de ADN como parte de su cuidado y a sus médicos esto les facilita la selección de los mejores tratamientos posibles para ellos de manera individual. De hecho, algunas pruebas genéticas como las mutaciones BRCA, que aumentan el riesgo de cáncer de mama y de ovario, deben estar cubiertas bajo la «Ley Federal de Asistencia Asequible», si son recomendadas por un profesional de la salud de los EEUU.
Conociendo de qué manera los genes y nutrientes interactúan entre sí, ésta podría ser la receta para mejorar la salud. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos revela nuevas directrices dietéticas cada cinco años. El Instituto Nacional del Cáncer, La Sociedad Americana del Cáncer y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, también cada uno proporciona recomendaciones para una alimentación sana. Estas normas generales tienen muy poco que ver con usted específicamente: sus preferencias alimentarias, su estilo de vida, su metabolismo, su genoma. Ya se sabe que somos lo que comemos, pero ¿ qué sucedería si esto fuera al revés y pudiéramos comer por quién somos ?.
Investigadores de la Universidad de Guelph han encontrado una variación genética de enzimas particulares que pueden influir en la manera en que las personas responden a los ácidos grasos saludables omega-3 con gran facilidad. Aquellos que son convertidores pobres pueden beneficiarse de una mayor dosis de aceite de pescado. Investigadores de la Universidad de Tufts demostraron que las personas con una variante genética particular tienen perfiles más saludables de lípidos en sangre y un menor riesgo de accidente cerebrovascular que las personas sin la variante, especialmente cuando se sigue una dieta Mediterránea.
La gente está obsesionada con la comida. Nos encanta comerla y cocinarla. También nos encanta jugar con ella, eliminando las grasas, la carne roja o el gluten. Nuestras dietas cambian junto con la atención de un componente del cual se está abusando o exaltando. La idea de utilizar la información genómica para ofrecer planes de nutrición adaptados para cada individuo es atractivo, pero no podemos excluir otros factores cruciales, incluyendo la influencia del microbioma intestinal en la salud y la enfermedad. La Academia de Nutrición y Dietética ha publicado un documento de posición sobre la genómica nutricional y la conclusión de que mientras el campo ofrece una visión de las interacciones entre los genes y las dietas, la ciencia emergente y el uso de pruebas nutrigenéticas para proporcionar asesoramiento dietético está ahora en pleno proceso de desarrollo.
El Dr. Judith Gilbride, PhD, profesor en el Departamento de Nutrición, Estudios Alimenticios y Salud Pública de la Universidad de Nueva York, quien presentó la propuesta original de la Academia para hacer un documento de posición sobre nutrigenómica dice: «Creo que los profesionales de la nutrición deben comprender la investigación en curso, y lo poderoso de aplicar los conocimientos en genética al cuidado del paciente. La aplicación es mucho más compleja que la euforia inicial sobre el genoma humano. Con la asignación de fondos realizada por Obama a la Medicina de precisión que estudia la relación del ADN con muchas enfermedades y con la nutrición, ¡ debemos estar listos !”
Lo que se necesita desde el punto de vista de la ciencia transnacional son un gran número de sujetos para llevar a cabo estudios concretos de la interacción gen-dieta. Será interesante incluir la composición genética como parte de los estudios de nutrición y la dieta con el fin de entender el delicado comportamiento que realizan. Nadie sabe realmente cuántos nutrientes esenciales existen. Mientras sigamos siendo medianamente optimista pensando que nuestras firmas genéticas pueden proporcionar una vía para las dietas basadas en el ADN, creo que la comprensión de cómo los cuerpos humanos responden a los nutrientes, y responden a ellos de distintas maneras, podría ser una clave para transformarlos en algo mejor. Por ahora, las mejoras en las dietas insisten en lo que hay que hacer correctamente, ya sea porque se trate de una mejora en los síntomas debido a una mejor salud general o debido a algún umbral genético subyacente, esto es imposible de decir.
Hay reglas sencillas a las que podemos recurrir como las presentadas por el Departamento de Agricultura, Instituto Nacional del Cáncer, ACS y AICR, pero preferimos acordarnos simplemente del consejo en el título del best seller del autor Michael Pollan, «comer comida , no demasiada y en su mayoría vegetales».
– Fuente del artículo: https://www.curetoday.com/community/amanda-bontempo/2015/02/nutrigenomics-food-as-medicine#sthash.SRZZJn7D.dpuf