Cinco años después, el trabajo ha dado su fruto. En noviembre de 2010 el burgalés Álvaro Gutiérrez Uzquiza era becado por el Departamento de Defensa del Gobierno de Estados Unidos con 126.000 dólares para investigar en la Universidad de Pennsylvania (Filadelfia) el cáncer de próstata.
Hace apenas unas semanas la revista Molecular Cancer Research ha publicado el resultado de este trabajo, que tiene que ver con el papel que juega una proteína en la metástasis de este tipo de patología, de tal suerte que se ha comprobado en animales que, al ser eliminada, se disminuye la diseminación del tumor.
«Mis colaboradores y yo hemos descubierto que la proteína PKC épsilon, una proteína oncogénica y que normalmente aparece sobreexpresada en cáncer de próstata, es fundamental para el proceso metastásico. El papel que juega es de una importancia tal que su eliminación hace desaparecer la metástasis ósea en modelos animales», explica Alvaro.
Gutiérrez Uzquiza, doctor en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Complutense de Madrid, afirma que la relevancia del descubrimiento es doble: Se ha hallado una nueva e importante función de esta proteína que, a la vez, podría ser una potencial diana terapéutica para el tratamiento de la metástasis ósea en pacientes con cáncer de próstata.
«Actualmente existen tratamientos en ensayos clínicos fase 1 para inhibir la proteína aunque están mayoritariamente enfocados para el tratamiento de dolencias cardíacas; este descubrimiento abre nuevas opciones terapéuticas para los pacientes con cáncer de próstata y metástasis ósea».
El burgalés destaca el apoyo que ha recibido de su investigador principal, Marcelo Kazanietz, para la elaboración del trabajo cuyo título es Proteína Kinasa C (épsilon) es un mediador esencial para la metástasis ósea del cáncer de próstata, que ha sido seleccionado dentro de los estudios destacados del número de septiembre de la revista Molecular Cancer Research. En él ha colaborado también Alessandro Fatatis, de la Universidad de Drexel, también en Filadelfia:
«La verdad es que estamos muy contentos por este nuevo aporte a la ciencia pero, sobre todo, por el beneficio que pueden obtener los pacientes que sufren esta enfermedad tan dura».
Una vez concluido el proyecto, Álvaro Gutiérrez Uzquiza sigue trabajando en otro laboratorio en la búsqueda de nuevas dianas terapéuticas en cáncer aunque ha ampliado el campo y, además del tumor de próstata, estudia el linfoma y la leucemia.
Calcula que aún tiene la posibilidad de seguir trabajando en Estados Unidos, aunque asegura que se está empezando a plantear la posibilidad de volver a España. Y habla en plural cuando lo dice. Porque Gutiérrez -que antes estuvo becado en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York en la división de Hematología y Oncología y dos años después de terminar la carrera de Biología en la Universidad de Salamanca recibió una primera beca de iniciación a la investigación concedida por la Agencia ADE de la Junta- está casado con la también investigadora Berta Almoguera, que desarrolla sus proyectos en el Hospital Infantil de Filadelfia, y el objetivo de ambos es «seguir adquiriendo formación contactos y publicaciones para poder volver a España con garantías de tener un futuro en la investigación».
Fuente del artículo :
Angélica González . Diario de Burgos