Uno de cada cinco pacientes que se someten a uno de los procedimientos quirúrgicos de pérdida de peso más populares, tiene probabilidades de desarrollar problemas con el alcohol, con síntomas algunas veces no visibles sino hasta años después de la cirugía, de acuerdo con uno de los estudios más grandes y prolongados de adultos que se sometieron a cirugía para pérdida de peso.
La asociación entre la cirugía bariátrica y el alcoholismo
Uno de cada cinco pacientes que se someten a uno de los procedimientos quirúrgicos de pérdida de peso más populares, tiene probabilidades de desarrollar problemas con el alcohol, con síntomas algunas veces no visibles sino hasta años después de la cirugía, de acuerdo con uno de los estudios más grandes y prolongados de adultos que se sometieron a cirugía para pérdida de peso.
El hallazgo — presentado hoy en línea en Surgery for Obesity and Related Diseases, la publicación de la Sociedad Estadounidense de Cirugía Metabólica y Bariátrica — indica que los pacientes de cirugía bariátrica deberían recibir seguimiento clínico a largo plazo para controlar y tratar el trastorno de uso del alcohol, lo cual incluye abuso y dependencia del alcohol.
“Sabíamos que había un incremento en el número de personas que experimentan problemas con el alcohol dentro de los primeros dos años posteriores a la cirugía, pero no esperábamos que el número de pacientes afectados siguiera creciendo durante los siete años del seguimiento,” dijo la autora principal, Wendy C. King, Ph.D., profesora adjunta de epidemiología de la Escuela de Posgrados en Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh.
Ella y su equipo, descubrieron que un 20.8% de los participantes desarrollaban síntomas de trastorno de uso de alcohol dentro de los primeros cinco años posteriores a haberse sometido a la cirugía de bypass gástrico Roux-en-Y (RYGB por sus siglas en inglés). En contraste, sólo 11.3% de los pacientes que se sometieron a un procedimiento de banda gástrica presentaron problemas de uso de alcohol.
El estudio
Comenzando en 2006, King y sus colegas dieron seguimiento a más de 2,000 pacientes que participaron en la Evaluación Longitudinal de Cirugía Bariátrica 2 (LABS-2), auspiciada por los National Institutes of Health, un estudio observacional a largo plazo de pacientes que se someten a cirugía para pérdida de peso en uno de 10 hospitales a lo largo de los Estados Unidos.
La RYGB, un procedimiento quirúrgico que reduce significativamente el tamaño del estómago y de las conexiones de cambios con el intestino delgado, era el procedimiento más popular, con un número de 1,481 participantes recibiéndolo. La mayoría de los participantes restantes, 522 personas, se sometieron a un procedimiento menos invasivo — laparoscopía de banda gástrica ajustable — en el cual el cirujano inserta una banda ajustable alrededor del estómago del paciente, disminuyendo la cantidad de comida que el estómago puede recibir. Este procedimiento se ha hecho menos popular en los últimos años ya que no se logra la misma pérdida de peso que la RYGB.
Las conclusiones
Ambos grupos de pacientes incrementaron su consumo de alcohol durante los siete años del estudio; sin embargo, sólo hubo un incremento en la preponderancia de los síntomas del trastorno de uso de alcohol, como lo midió la Prueba de Identificación de Trastornos de Uso de Alcohol, seguida de la RYGB. Entre los pacientes sin problemas de alcohol en el año previo a la cirugía, los pacientes de RYGB tenían más del doble de riesgo de desarrollar problemas de alcohol durante los siete años, en comparación con aquellos que se habían sometido al procedimiento de banda gástrica.
“Debido a que los problemas con el alcohol podrían no aparecer durante varios años, es importante que los doctores le pregunten de manera rutinaria a los pacientes con un historial de cirugía bariátrica sobre su consumo de alcohol, y si están experimentando síntomas de trastorno de uso de alcohol; y que estén preparados para enviarlos a tratamiento,” dijo King.
La sociedad estadounidense de Cirugía Metabólica y Bariátrica actualmente recomienda que los pacientes sean revisados para determinar que no presenten el trastorno de uso de alcohol antes de la cirugía y que se les haga saber del riesgo de desarrollar el trastorno después de la misma. Adicionalmente, la Sociedad recomienda que a los grupos de alto riesgo se les sugiera eliminar el consumo de alcohol después de la RYGB. Sin embargo, dados los datos, King sugiere que las personas que se someten a RYGB son un grupo de alto riesgo, por el simple hecho de haberse sometido a la cirugía.
El estudio LABS-2 no fue diseñado para determinar la razón de la diferencia en el riesgo del trastorno de uso de alcohol entre procedimientos quirúrgicos, pero estudios previos indican que, en comparación con el procedimiento de banda gástrica, la RYGB se relaciona con una elevación mayor y más rápida del alcohol en la sangre, adicionalmente, algunos estudios en animales sugieren que la RYGB podría incrementar la sensibilidad de recompensa del alcohol mediante cambios en la expresión genética y en el sistema hormonal, que afectan las áreas del cerebro relacionadas con las recompensas.
Además de la RYGB, el estudio LABS-2 identificó varias características personales que ponen a los pacientes en un mayor riesgo de desarrollar problemas con el alcohol, incluyendo el hecho de ser hombre y joven, y tener un sistema de apoyo social menor. Divorciarse, un empeoramiento de la salud mental pos cirugía y un consumo mayor de alcohol, de al menos dos veces por semana, también fueron factores relacionados con un mayor riesgo de síntomas de trastorno de uso de alcohol.
King y su equipo hallaron que aunque los pacientes de RYGB tenían casi el cuádruple de probabilidad de haber recibido tratamiento de trastorno de uso de sustancias, en comparación con pacientes de banda gástrica, relativamente pocos participantes del estudio informaron haber tenido dicho tratamiento. De manera general, 3.5% de los pacientes de RYGB dijeron haber tenido tratamiento de trastorno de uso de sustancias, lo cual era mucho menor al 21% de los pacientes que presentaron problemas con el alcohol.
“Esto indica que los programas de tratamiento están sub utilizados por los pacientes de cirugía bariátrica con problemas de alcohol,” dijo King. “Esto resulta particularmente contradictorio dada la disponibilidad de tratamientos efectivos.”
Fuente: sciencedaily.com
Fuente original: Materiales proporcionados por las Escuelas de Ciencias de la Salud de la Universidad de Pittsburgh.
Nota: el contenido podría haber sido editado en estilo y extensión.
Fecha: 16 de mayo de 2017
Link: https://www.sciencedaily.com/releases/2017/05/170516090838.htm
Referencia de la publicación:
Wendy C. King, Jia-Yuh Chen, Anita P. Courcoulas, Gregory F. Dakin, Scott G. Engel, David R. Flum, Marcelo W. Hinojosa, Melissa A. Kalarchian, Samer G. Mattar, James E. Mitchell, Alfons Pomp, Walter J. Pories, Kristine J. Steffen, Gretchen E. White, Bruce M. Wolfe, Susan Z. Yanovski. Alcohol and other substance use after bariatric surgery: prospective evidence from a U.S. multicenter cohort study. Surgery for Obesity and Related Diseases, 2017; DOI: 10.1016/j.soard.2017.03.021
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.