La Estrategia Fundamentada del Estudio de Asociación del Genoma Completo (GWAS)
conduce a Loci relacionados con la longevidad.
Con la ayuda de información de estudios pasados sobre características y
enfermedades humanas, un equipo de EEUU y de Italia ha identificado cinco loci
relacionados con la longevidad.
Los investigadores consideraron datos de genotipo de miles de individuos inscritos ya
sea en el estudio New England Centenarian Study (NECS) o en el estudio 90PLUS, que
se enfocan en individuos mayores de 100 o 90 años, respectivamente. Se evaluaron
datos de estos individuos usando un algoritmo GWAS bien fundamentado que
explicaba el papel global de cada SNP (Polimorfismo de nucléotido simple) en más de
una docena de otras características y condiciones, inicialmente conduciendo a ocho
loci extremadamente asociados con la longevidad.
Después de llevar a cabo pruebas de replicación en miles de individuos, el equipo se
quedó con cuatro loci significativos y un quinto locus que mostró lazos más indirectos
con la edad avanzada. Los resultados aparecieron en línea hoy, en PLOS Genetics.
“Nuestros resultados involucran a nuevos loci con la longevidad y revelan un traslape
genético entre la longevidad y las enfermedades y características relacionadas con la
edad,” escribieron el destacado autor Stuart Kim, un investigador en genética y en
biología del desarrollo de la Universidad de Stanford, y sus colegas.
“Más allá del estudio de longevidad humana,” añadieron, “el iGWAS puede ser aplicado
para potenciar el poder estadístico en cualquier GWAS de un fenotipo objetivo
mediante el uso de un GWAS más grande de condiciones relacionadas genéticamente.”
En un estudio de longevidad publicado en PLOS One en 2012, los miembros de otro
equipo internacional usaron datos del estudio New England Centenarian para
encontrar una asociación entre la longevidad y una variación en el gen APOE. La
variación, junto con otros 280 SNPs, creó una firma que predijo exitosamente la
longevidad en otros cohortes con un 65 a 85 por ciento de precisión.
Para el estudio actual, los investigadores dedujeron que las variaciones que tienen que
ver con características o enfermedades relacionadas con la edad, podrían ayudar a
hallar en el genoma, sitios adicionales relacionados con la longevidad.
Para explorar esa posibilidad, reunieron datos de 21 meta análisis GWAS – sobre
características y enfermedades que van de densidad ósea a presión sanguínea o índice
de masa corporal, enfermedad cardíaca, diabetes tipo 2 y cáncer – para buscar
variaciones de enfermedades o características que se traslapaban con aquellas
encontradas en gente muy mayor.
Después de demostrar este traslape para nueve de las condiciones, el equipo redujo
los SNPs contribuyendo con 14 condiciones básicas o características para sus análisis
de iGWAS, las cuales implicaban asignar diferentes pesos a los SNPs que estaban
siendo evaluados por sus papeles potenciales en una larga vida.
Cuando aplicaron el enfoque iGWAS a datos de genotipos para 801 personas mayores
de 100 años y 914 controles del NECS, así como a 5,406 personas mayores de 90 años
y 15,112 controles del estudio 90PLUS, los investigadores vieron ocho loci
extremadamente asociados con la longevidad.
Las asociaciones en cuatro de estos sitios en el genoma se mantuvieron significativas
en pruebas subsecuentes en más cohortes de personas mayores de 100 años: un
grupo del sur de Italia que incluía 410 personas mayores de 100 años y 553 controles;
226 mayores de 100 años y 220 controles del norte de Italia; y un grupo de 474
mayores de 100 años y 799 controles de descendientes de judíos Ashkenazi.
Los loci relacionados con la longevidad incluían un sitio cerca de los genes
APOE/TOMM40 en el cromosoma 19, dos loci del cromosoma 9 cerca de
CDKN2A/ANRIL y ABO, y un locus en el cromosoma 12 que estaba más cerca de
SH2B3/ATXN2. Otro locus que rodea la región HLA-DR, mostró lazos potenciales con
la longevidad.
Los resultados parecen tener cierto sentido funcional, explicaron los investigadores.
Concordando con la asociación que involucra al gen de grupo sanguíneo ABO, por
ejemplo, el equipo notó que las personas mayores de 100 años parecen de cierta
forma ser más propensos a pertenecer al grupo sanguíneo O, el cual ha sido
considerado como protector en estudios pasados, sobre enfermedades cardíacas y
otras condiciones.
Por otra parte, las variaciones en el locus SH2B3/ATXN2 han sido detectadas en
estudios de todo, desde enfermedades cardíacas, niveles de colesterol y presión
sanguínea, hasta artritis reumatoide y diabetes tipo 2.
Fuente:
https://www.genomeweb.com/microarrays-multiplexing/informed-gwas-strategy-leads-longevity-linked-loci