La cirugía bariátrica demuestra en un estudio de vida real mejores resultados que los GLP-1: el bisturí consigue cinco veces más pérdida de peso que el tratamiento farmacológico a los dos años
Alos dos años, la cirugía bariátrica consigue una pérdida de peso cinco veces mayor que los fármacos agonistas de los receptores de GLP-1. Es la conclusión principal de un estudio realizado en condiciones de vida real que se acaba de presentar en el congreso de la Sociedad Americana de Cirugía Bariátrica y Metabólica (ASMBS, por sus siglas en inglés), en Washington.
El trabajo, dirigido desde el centro neoyorkino NYU Langone Health, comparó los resultados obtenidos con la gastrectomía en manga y el bypass gástrico frente a las inyecciones con semaglutida o tirzepatida.
Así desvelaron que los pacientes sometidos a cirugía perdieron de media más de 26 kilos a los dos años frente a los cerca de 5,5 kilos de aquellos tratados con GLP-1 durante al menos seis meses (24% de pérdida de peso frente a 4,7%).
Los pacientes en tratamiento continuo con GLP-1 durante un año perdieron más kilos, pero significativamente menos que aquellos que recibieron la cirugía bariátrica (7% de pérdida de peso total).
Juan Carlos Ruiz de Adana, jefe de Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Getafe, en Madrid, comenta a DM, con la cautela que se observa siempre ante un estudio retrospectivo, que los resultados presentados son coherentes: la cirugía bariátrica también incide en la secreción endógena de GLP-1, moléculas que favorecen la pérdida de peso y el control metabólico, y en las que se basa el mecanismo de acción de estos nuevos fármacos. «Es lógico que, como se muestra en este trabajo, la cirugía alcance efectos más potentes e intensos que los fármacos. Además, se ha medido en los dos años siguientes a la intervención, el periodo en el que la acción alcanzada sobre esas incretinas es más intensa».
El responsable de la Unidad de Cirugía Esofagogástrica y Obesidad, de referencia nacional en el tratamiento de esta enfermedad, recalca que si bien los efectos alcanzados son más intensos con la cirugía, «también hay que considerar que la intervención quirúrgica tiene unos riesgos que no acompañan al tratamiento farmacológico«. Todo ello debe ponderarse a la hora de indicar un tratamiento a cada paciente.
«Hay enfermos cuyo IMC los sitúa en el límite de la indicación quirúrgica que con los fármacos pueden evitar, o al menos retrasar, una operación. Pero queda claro que los pacientes con obesidad grave y trastornos metabólicos, en especial si no se controlan bien, se van a beneficiar más de la cirugía. Tanto en reducción de peso y control metabólico como en los aspectos psicológicos -que se analizan en otro estudio realizado en la Universidad de Tulane-, la cirugía bariátrica obtiene efectos más intensos que el tratamiento farmacológico».
El cirujano apunta que en Estados Unidos desde la llegada de los fármacos GLP-1 se ha reducido en un 25% las intervenciones bariátricas, pero que la situación en España, con el Sistema Nacional de Salud (SNS), es algo diferente, pues los pacientes suelen tener que esperar hasta ser intervenidos.
Ruiz de Adana también subraya la importancia del estilo de vida en el manejo de la obesidad. «Los fármacos tienen efecto mientras se administran, y la cirugía, al cabo de unos años, pierde su efecto. Los resultados a largo plazo van a depender mucho de los hábitos que incorpore el paciente».
Datos de la investigación
Para el estudio, se utilizaron datos de 122.595 pacientes procedentes de registros médicos electrónicos del mundo real del NYU Langone Health y de la red de hospitales públicos NYC Health + Hospitals. Los pacientes incluidos presentaban un índice de masa corporal (IMC) de al menos 35, y se sometieron a gastrectomía en manga o bypass gástrico en Y de Roux, o bien se les prescribió semaglutida o tirzepatida entre 2018 y 2024. Tras ajustar determinados factores, compararon los resultados de 14.152 pacientes emparejados con alguno de los tratamientos.
«Los ensayos clínicos muestran una pérdida de peso de entre el 15% y el 21% para los GLP-1, pero este estudio sugiere que la pérdida de peso en el mundo real es considerablemente menor incluso para los pacientes que tienen recetas activas durante todo un año. Sabemos que hasta el 70% de los pacientes puede interrumpir el tratamiento en el plazo de un año», afirma el primer firmante del trabajo, Avery Brown, residente de cirugía en NYU Langone Health. «Los pacientes tratados con GLP-1 pueden necesitar ajustar sus expectativas, adherirse más estrechamente al tratamiento u optar por la cirugía metabólica y bariátrica para lograr los resultados deseados», concluye.
Para el autor principal del trabajo, el cirujano bariátrico Karan R. Chhabra, profesor en la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, estos resultados invitan a profundizar con más estudios, entre otros aspectos, en cuál es el perfil de pacientes más adecuado para recibir la cirugía bariátrica en lugar del tratamiento farmacológico, de forma que se optimicen los resultados.
«Si bien ambos grupos de pacientes pierden peso, la cirugía metabólica y bariátrica es mucho más efectiva y duradera«, afirma la presidenta de la ASMBS, Ann M. Rogers, de la red hospitalaria de Pensilvania Penn State Health, quien no participó en el estudio, en una nota difundida por la sociedad científica. «Quienes no consigan una pérdida de peso suficiente con los GLP-1 o tengan dificultades para cumplir el tratamiento debido a los efectos secundarios o a los costes, deberían plantearse la cirugía bariátrica como opción o incluso en combinación».
Más beneficio en la salud mental
La cirugía bariátrica también se ha mostrado superior a los fármacos en relación a eventuales trastornos psiquiátricos asociados a la obesidad. En otro estudio, también presentado en el congreso de la ASMBS, se muestra en un periodo de cinco años que las personas sometidas a cirugía metabólica y bariátrica tienen muchas menos probabilidades de desarrollarlos que los tratados con la terapia farmacológica.
El riesgo de desarrollar déficits cognitivos fue un 54% menor; un 18% menor para los trastornos de ansiedad, y un 17% para los trastornos por consumo de sustancias.
El equipo de investigadores de la Facultad de Medicina Tulane, en Nueva Orleans, llevó a cabo un análisis retrospectivo de pacientes sometidos a cirugía metabólica y bariátrica y de pacientes en tratamiento con semaglutida, liraglutida y dulaglutida, utilizando la base de datos TriNetX. Tras emparejar los datos atendiendo a características demográficas y clínicas, se compararon 33.600 pacientes quirúrgicos y 33.600 pacientes en terapia farmacológica, en relación a la incidencia de nuevos trastornos psiquiátricos. El periodo de seguimiento duró hasta cinco años.
Posible efecto protector
Atendiendo a estos resultados, «la cirugía metabólica y bariátrica confiere un fuerte efecto protector contra los trastornos comunes de salud mental en una comparación directa con la farmacoterapia GLP-1», afirma en una nota difundida por la ASMBS la coautora del estudio Shauna Levy, jefa de la División de Cirugía Mínimamente Invasiva/Bariátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane.
Los autores también enfatizan la importancia de «tener en cuenta los resultados de salud mental a la hora de seleccionar modalidades de tratamiento para personas con obesidad». Y la necesidad de que se investigue en los «mecanismos subyacentes a estos beneficios para orientar las estrategias de tratamiento personalizado».
Link: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2025/06/20/68542043fc6c8308208b45b2.html
Autora: Sonia MorenoMadrid
Fecha: Actualizado Viernes, 20 junio 2025 – 02:35
Fuente: elmundo.es
FOTO:PIXABAY
Nota: El Instituto de Nutrigenómica no es responsable de las opiniones expresadas en este artículo.