Nos hemos olvidado de nuestro pasado. Sabemos de dónde venimos pero no tenemos claro hacia dónde vamos. Nos alejamos demasiado de lo que debería ser el patrón nutricional de un ser humano y luego ocurre lo que ocurre.
Una vez seleccionados los ejercicios, el manejo de la técnica es el primer paso a seguir. Cuando la dominamos a la perfección es importante incrementar la carga en la medida que la fuerza aumenta. Es como ir a nadar. Los hay que dan más de 40 brazadas para llegar al final de la piscina y los hay que realizan menos de 22 y además con más fluidez para completar los 25 metros de cada largo. En el primer caso deben mejorar la técnica sobre todo si quieren seguir progresando en la actividad que han elegido. No es conveniente hacer un ejercicio de cualquier manera; la técnica siempre ha de ser correcta. Aquí muestro un entrenamiento de fuerza con 9 ejercicios que realizado 2 veces por semana con 2 series por ejercicio entre 6 y 10 repeticiones a una intensidad moderada permite excelentes resultados. Es una posibilidad entre otras tantas, que hay que adaptar a las características de cada uno.
Un niño jamás debe tener un exceso de grasa y para ello quienes somos padres hemos de tratar de potenciar los mejores hábitos para ellos. Las actividades competitivas les gustan y les animan a seguir practicando, bien para superarse o para vencer al rival. Debemos de apoyarles en todo momento para que continúen con ellas, pues los valores adquiridos en la práctica se mantendrán a lo largo de toda su vida (disciplina, sacrificio, compañerismo, entrega, hábitos dietéticos, orden, deportividad, lucha por objetivos…).
Cada uno tiene el peso que se merece y cada uno tiene el porcentaje de grasa que “quiere” tener. Esto es así en el 99% de la población. Para conseguir reducir la grasa y mantenerla en niveles óptimos hay que seguir un patrón nutricional que se adapte a nuestro estilo de vida, a nuestras características antropométricas y a los objetivos que pretendamos. No vale comer cualquier cosa y a cualquier hora. Siguiendo las recomendaciones de las primeras bases de la Pirámide de la Salud ya tenemos mucho ganado.
Los entornos hormonales que provocamos con lo que comemos, con lo que bebemos, con el estrés que generamos y en las mujeres en momentos concretos de sus periodos cíclicos, son determinantes a la hora de acumular más grasa en zonas donde quizá no haga falta tener un excedente. Si uno decide a diario consumir varios anticonceptivos orales obtendrá un entorno hormonal propicio para incrementar la grasa en zonas específicas donde existan mayores células con receptores de estrógenos. Así verá incrementada su grasa en la zona de la cadera, en la zona lateral y frontal del muslo, en la zona externa del tríceps y quizá en sus pechos. Es decir que tomar muchas hormonas femeninas te hace coger grasa en zonas femeninas, comas lo que comas.
Fecha: 11 septiembre 2018
Fuente: eldiariodenavarra.es por Javier Angulo de Esportium Nutrición
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.