Los alimentos que comemos pueden tener un impacto directo en la agudeza cognitiva en nuestros últimos años, según una nueva investigación. Los hallazgos muestran que el queso protege contra los problemas cognitivos relacionados con la edad, y el vino tinto se relaciona con mejoras en la función cognitiva.
El estudio
Los alimentos que comemos pueden tener un impacto directo en la agudeza cognitiva en nuestros últimos años. Este es el hallazgo principal de un estudio de investigación realizado por la Iowa State University destacado en un artículo publicado en la edición de noviembre de 2020 de la revista científica Journal of Alzheimer’s Disease.
El estudio fue encabezado por el investigador principal, Auriel Willette, profesor adjunto de Ciencia de los Alimentos y Nutrición Humana; y Brandon Klinedinst, candidato a doctor en Neurociencia, quien trabaja en el departamento de Ciencias de los Alimentos y Nutrición Humana en la Iowa State University. El estudio es un análisis a gran escala, el primero en su tipo, que relaciona alimentos específicos con la agudeza cognitiva en la etapa final de la vida.
Willette, Klinedinst y su equipo analizaron los datos recopilados de 1,787 adultos mayores (de 46 a 77 años, al finalizar el estudio) en el Reino Unido a través del UK Biobank, la cual es una base de datos biomédica a gran escala y un recurso de investigación que contiene información genética y de salud detallada de medio millón de participantes del Reino Unido. La base de datos está accesible a nivel mundial para investigadores aprobados que realizan investigaciones vitales sobre las enfermedades más comunes y letales del mundo.
Les realizaron una prueba de inteligencia de fluidos (Fluid Intelligence Test – FIT) como parte de un cuestionario en una pantalla táctil, en el punto de partida (compilado entre 2006 y 2010) y luego en dos evaluaciones de seguimiento (llevadas a cabo desde 2012 hasta 2013 y nuevamente entre 2015 y 2016). El análisis FIT proporciona una instantánea de la capacidad de un individuo para “pensar sobre la marcha”.
Los participantes también respondieron preguntas sobre su consumo de alimentos y alcohol en el punto de partida del estudio, y mediante dos evaluaciones de seguimiento. El cuestionario de frecuencia alimenticia preguntó a los participantes sobre su consumo de frutas frescas, frutos secos, verduras crudas y ensaladas, verduras cocidas, pescados oleaginosos, pescados magros, carne procesada, aves, res, cordero, cerdo, queso, pan, cereales, té y café, cerveza y sidra, vino tinto, vino blanco, champán y licor.
Las conclusiones
Estos son cuatro de los hallazgos más importantes del estudio:
- El queso, por mucho, demostró ser el alimento más protector contra los problemas cognitivos relacionados con la edad, incluso en una etapa avanzada de la vida;
- El consumo diario de alcohol, particularmente vino tinto, se relacionó con mejoras en la función cognitiva;
- Se demostró que el consumo semanal de cordero, y no así de otras carnes rojas, mejora la destreza cognitiva a largo plazo; y
- El consumo excesivo de sal es malo, pero solo las personas con riesgo existente de desarrollar Alzheimer necesitan controlar su consumo para evitar problemas cognitivos con el tiempo.
“Me sorprendió gratamente que nuestros resultados sugirieran que comer queso y beber vino tinto de manera responsable a diario no solo es bueno para ayudarnos a lidiar con nuestra pandemia actual de COVID-19, sino quizás también para lidiar con un mundo cada vez más complejo que nunca parece detenerse”, dijo Willette. “Aunque tomamos en cuenta si esto se debía solo a lo que comen y beben las personas acomodadas, se necesitan ensayos clínicos aleatorizados para determinar si hacer cambios sencillos en nuestra alimentación podría ayudar a nuestro cerebro de manera importante”.
Klinesinst agregó: “Dependiendo de los propios factores genéticos de cada quien, algunas personas parecen estar más protegidas de los efectos de la enfermedad de Alzheimer, mientras que otras parecen tener un mayor riesgo. Dicho esto, creo que las elecciones correctas de alimentos pueden prevenir la enfermedad y el deterioro cognitivo al mismo tiempo. Quizás la solución milagrosa que buscamos es mejorar nuestra alimentación. Saber lo que implica contribuye a una mejor comprensión del Alzheimer y a poner esta enfermedad en una trayectoria contraria”.
Link: https://www.sciencedaily.com/releases/2020/12/201210145850.htm
Fecha: 10 de diciembre de 2020
Fuente: Iowa State University
Willette y Klinedinst reconocen las valiosas contribuciones de los otros miembros del equipo de investigación: Scott Le, Colleen Pappas, Nathan Hoth, Amy Pollpeter y Qian Wang del Departamento de Ciencia de los Alimentos y Nutrición Humana de la Iowa State University; Brittany Larsen, programa de posgrado en neurociencia en la Iowa State University; Yueying Wang y Li Wang, departamento de estadística de la Iowa State University; Shan Yu, departamento de Estadística, Universidad de Virginia; Karin Allenspach, departamento de Ciencias Clínicas Veterinarias de la Iowa State University; Jonathan Mochel, departamento de Ciencias Biomédicas de la Iowa State University; y David Bennett, Centro de Enfermedad de Alzheimer Rush, Centro Médico Rush, Universidad Rush.
Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por la Iowa State University. Original escrito por Dan Kirkpatrick. Nota: El contenido podría haber sido editado en estilo y extensión.
Referencia de la publicación:
Brandon S. Klinedinst, Scott T. Le, Brittany Larsen, Colleen Pappas, Nathan J. Hoth, Amy Pollpeter, Qian Wang, Yueying Wang, Shan Yu, Li Wang, Karin Allenspach, Jonathan P. Mochel, David A. Bennett, Auriel A. Willette. Genetic Factors of Alzheimer’s Disease Modulate How Diet is Associated with Long-Term Cognitive Trajectories: A UK Biobank Study. Journal of Alzheimer’s Disease, 2020; 78 (3): 1245 DOI: 10.3233/JAD-201058
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.