Un estudio de gran tamaño realizado en adolescentes y niños, algunos de apenas 3 años de edad, muestra un vínculo entre la obesidad, la presión arterial alta y un daño posterior a los vasos sanguíneos.
La investigación se presenta hoy en EAPC Essentials 4 You, una plataforma científica de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
“Los resultados de este estudio destacan la necesidad de adoptar estilos de vida saludables desde una edad temprana”, dijo la autora del estudio, Julia Bueschges, estudiante de doctorado en el Instituto Robert Koch, en Berlín, Alemania.
La obesidad infantil y la presión arterial alta
Hasta ahora, ha habido poca información sobre la conexión entre los factores de riesgo presentes en la infancia, como la obesidad y la presión arterial alta, y las enfermedades cardiovasculares en una etapa posterior de la vida.
El estudio utilizó datos de la Encuesta Alemana de Examinación y Entrevistas de Salud representativa a nivel nacional para Niños y Adolescentes (cohorte KiGGS). Se incluyeron niños de diversos orígenes de toda Alemania, independientemente de su estado de salud, y fueron seleccionados utilizando un diseño de muestreo sofisticado para garantizar que representaban a la población alemana.
Tres equipos de estudio viajaron durante tres años y establecieron centros de exámenes temporales en 167 ubicaciones a lo largo del país. El examen de base de 4,716 participantes de 3 a 17 años incluía presión arterial, estatura y peso. Las mediciones se repitieron 11 años después en los jóvenes de 14 a 29 años, a quienes también se les realizó un ultrasonido de las arterias. La ecografía evaluó el grosor de las dos paredes internas de la arteria carótida: paredes internas más gruesas son un indicador temprano de arterias obstruidas.
Resultados
La presión arterial alta (hipertensión) al inicio del estudio se asoció con un riesgo 33% mayor de tener paredes más gruesas de la arteria 11 años después, mientras que la obesidad inicial se relacionó con un riesgo elevado del 38% de presentar paredes más gruesas de la arteria.
Las paredes más gruesas se definieron como el 25% superior de las mediciones según las pautas actuales. Padecer hipertensión en ambos exámenes se relacionó con un riesgo 63% mayor de paredes más gruesas de la arteria, mientras que la obesidad en ambos exámenes conllevó un riesgo 53% mayor.
Conclusiones
Bueschges dijo: “El estudio proporciona evidencia de una gran muestra de población general de una conexión entre los factores de riesgo cardiovascular en niños y adolescentes, (es decir, la presión arterial alta y la obesidad), y cambios perjudiciales posteriores en los vasos sanguíneos”. Advirtió que la predicción de riesgo individual es solo moderada, lo que significa que no todos los niños y adolescentes con presión arterial alta u obesidad desarrollarán aterosclerosis subclínica.
Bueschges añadió: “Estos hallazgos subrayan la importancia de una buena salud cardiovascular desde una edad temprana. La actividad física y una dieta saludable pueden ayudar a prevenir la presión arterial alta y la obesidad. El alcohol y el tabaco deben evitarse. Por último, pero no menos importante, es importante controlar el estrés”.
Bueschges concluyó: “Hacer frente a estos comportamientos poco saludables no depende solo de los niños y sus familias, sino también del fomento de entornos saludables y la reducción de las desigualdades sociales que están fuertemente asociadas con las enfermedades cardiovasculares.”
Link: https://www.sciencedaily.com/releases/2020/04/200428112525.htm
Fecha: 28 de abril de 2020
Fuente: Sociedad Europea de Cardiología
Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por la Sociedad Europea de Cardiología. Nota: el contenido podría haber sido editado en estilo y extensión.
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