Un estudio internacional ha revelado una interacción genético-ambiental impactante: la obesidad amplifica considerablemente los efectos de tres variantes génicas que incrementan el riesgo de esteatosis hepática no alcohólica (NAFLD por sus siglas en inglés) mediante diferentes rutas metabólicas.
¿Qué es la esteatosis hepática no alcohólica?
Los National Institutes of Health (NIH) describen la NAFLD como una de las causas más comunes de enfermedad hepática en los Estados Unidos. Se estima que de 30 a 40% de los adultos en los Estados Unidos tienen esteatosis hepática simple, una acumulación de grasa en el hígado sin inflamación ni daño celular considerable. Aproximadamente un 3 a 12% de los adultos en los Estados Unidos tienen una forma más severa de NAFLD, llamada esteato hepatitis no alcohólica (NASH por sus siglas en inglés), una acumulación de grasa hepática con inflamación y daño celular que puede dar como resultado cirrosis, y se relaciona con el cáncer de hígado.
La obesidad y la relación con la esteatosis hepática no alcohólica
Un estudio internacional realizado en el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, ha revelado una interacción genético-ambiental impactante: la obesidad amplifica considerablemente los efectos de tres variantes génicas que incrementan el riesgo de esteatosis hepática no alcohólica (NAFLD por sus siglas en inglés) mediante diferentes rutas metabólicas
La NAFLD, la cual, en su forma más severa, puede dar como resultado enfermedad hepática crónica (cirrosis) y cáncer de hígado, es un problema creciente relacionado con la epidemia de obesidad. A pesar de los intensos estudios realizados, la relación entre la obesidad y la NAFLD sigue sin ser resuelta.
El rol de la genética en la esteatosis hepática no alcohólica
De las tres variantes génicas, o alelos, examinados en este estudio, las mayores interacciones genético-ambientales fueron halladas en la variante génica PNPLA3, la primera causa genética de la NAFLD identificada. Esta variante fue identificada en el estudio Dallas Heart Study, un estudio longitudinal, multi étnico, basado en la población, dirigido por la Dra. Helen Hobbes, co autora asesora del estudio Nature Genetics publicado en línea esta semana. Su colega científico, el Dr. Jonathan Cohen, profesor de medicina interna, también es autor asesor. La autora principal es la doctora Stefan Stender, una investigadora de posdoctorado del hospital de la Universidad de Copenhague, quien trabaja en el Departamento de Genética Molecular y en el Centro de Crecimiento y Desarrollo Humano Eugene McDermott.
“Aunque todos los individuos obesos que tienen esteatosis hepática se beneficiarían de la pérdida de peso, nuestros datos sugieren que los que son portadores del alelo de riesgo en el gen PNPLA3 muy probablemente se beneficiarían más,” dijo la Dra. Hobbs, directora del centro McDermott, investigadora del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI por sus siglas en inglés), y profesora de medicina interna y genética molecular.
Los hallazgos del estudio
Analizando primero la acumulación de grasa en el hígado, los investigadores hallaron que la preponderancia de la acumulación de grasa iba del 9% en individuos delgados que no tenían el alelo de riesgo PNPLA3, a un 84% en individuos obesos con dos copias del alelo de riesgo — uno de cada padre. En individuos delgados, los alelos de riesgo tenían un efecto detectable, aunque pequeño, en la acumulación de grasa en el hígado.
“Si eres delgado, entonces es muy poco probable que tengas un exceso de grasa en el hígado aun si eres portador de los alelos de riesgo PNPLA3,” dijo el Dr. Cohen, quien consulta en el Centro de Nutrición Humana del Centro McDermott, y tiene el cargo de presidente distinguido C. Vincent Prothro en Investigación Nutricional Humana. “Por otra parte, si eres obeso y no posees la variante, entonces hay buenas probabilidades de que no tengas grasa en exceso en el hígado”.
“No obstante, si eres obeso y tienes la variante — particularmente si tienes dos copias de la misma — es muy probable que tengas grasa en exceso en el hígado,” dijo el Dr. Añadió que estos hallazgos podrían ayudar a resolver algunos aspectos confusos de la relación entre la obesidad y la esteatosis hepática.
“Resultó muy claro en nuestros estudios iniciales que estas variaciones genéticas no afectaban el contenido de grasa corporal, por lo que al principio parecía que el efecto del gen era independiente de la obesidad,” dijo el Dr. Cohen. “La relación entre la variante PNPLA3, la obesidad, y la esteatosis hepática representa un ejemplo clásico de interacción génico-ambiental”.
Esta interacción génico-ambiental también da como resultado, en individuos que tienen el alelo de riesgo PNPLA3 y son obesos, el desarrollo de inflamación y fibrosis, dos etapas posteriores de la NAFLD, indicaron los investigadores.
El estudio Dallas Heart Study, y el estudio Dallas Biobank Study tenían muy pocos pacientes con enfermedad hepática (cirrosis) terminal para examinar las interacciones génico-ambientales. Por lo tanto, los investigadores recurrieron a datos de un estudio de cohortes grandes de Copenhague, que incluía a 384 sujetos con cirrosis.
El riesgo de tener cirrosis entre las personas con dos copias del alelo de riesgo, y que tenían obesidad severa (definida como un índice de masa corporal superior a 35), se incrementaba 5.8 veces en comparación con las personas que tenían obesidad pero que no poseían los alelos de riesgo.
Los hallazgos indican que la interacción entre la obesidad y la genética parece fomentar la enfermedad hepática crónica (cirrosis), así como la acumulación de grasa en el hígado, escribieron los investigadores. Efectos similares fueron observados en los otros dos genes. Los investigadores recalcaron que las tres variantes génicas actúan mediante tres rutas metabólicas diferentes.
“Los alelos de riesgo de las tres variantes de riesgo de NAFLD más fuertes representan solamente un riesgo moderado para los individuos delgados, pero son factores principales de riesgo en personas con IMCs mayores, lo que sugiere que una revisión genética sería particularmente valiosa para este subgrupo,” informaron los investigadores.
Fuente: sciencedaily.com
Link: https://www.sciencedaily.com/releases/2017/04/170426092406.htm
Fecha: 26 de abril de 2017
Fuente: Centro Médico Southwestern de la UT
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.
Fuente original:
Materiales proporcionados por el Centro Médico Southwestern de la UT. Nota: el contenido podría haber sido editado en estilo y extensión.
Referencia de la publicación:
Stefan Stender, Julia Kozlitina, Børge G Nordestgaard, Anne Tybjærg-Hansen, Helen H Hobbs, Jonathan C Cohen. Adiposity amplifies the genetic risk of fatty liver disease conferred by multiple loci. Nature Genetics, 2017; DOI: 10.1038/ng.3855