Los adultos jóvenes y los adultos maduros requieren diferentes alimentos para mejorar su salud mental.
La dieta y las prácticas alimenticias afectan diferencialmente la salud mental de adultos jóvenes contra adultos mayores, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Binghamton, Universidad Estatal de Nueva York.
La encuesta
Lina Begdache, profesora adjunta de salud y estudios sobre el bienestar en la Universidad de Binghamton, junto con investigadores de la misma institución, realizaron una encuesta anónima en línea pidiendo a personas alrededor del mundo que llenaran el cuestionario Food-Mood Questionnaire (FMQ), el cual incluye preguntas de grupos alimenticios que han sido relacionados con la neuroquímica y la neurobiología.
Analizando los datos, Begdache y el profesor adjunto de Ciencia de Sistemas e Ingeniería Industrial Nasim Sabounchi, hallaron que el humor en los adultos jóvenes (18-29) parece ser dependiente de los alimentos que incrementan la disponibilidad de precursores y concentraciones de neurotransmisores en el cerebro (carne). Sin embargo, el humor en los adultos maduros (30 años en adelante) podría estar más ligado a los alimentos que incrementan la disponibilidad de antioxidantes (frutas) y la abstinencia de alimentos que activan de manera inadecuada el sistema nervioso simpático (café, alto índice glucémico y no comer desayuno).
Los hallazgos
“Uno de los más grandes hallazgos de este estudio es que la dieta y las prácticas alimenticias afectan diferencialmente la salud mental en los adultos jóvenes contra los adultos maduros,” dijo Begdache.
“Otro hallazgo notable es que el humor de los adultos jóvenes parece ser sensible a una acumulación de químicos cerebrales. El consumo regular de carne da como resultado la acumulación de dos químicos cerebrales (serotonina y dopamina) que se sabe fomentan el buen humor. El ejercicio regular da como resultado una acumulación de estos y otros neurotransmisores. En otras palabras, los adultos jóvenes que comen carne (roja o blanca) menos de tres veces a la semana y se ejercitan menos de tres veces a la semana mostraron un agotamiento mental considerable.”
“Por el contrario, el humor de los adultos maduros parece ser más sensible al consumo regular de fuentes de antioxidantes y abstinencia de alimentos que activan de forma inadecuada la respuesta innata de huida (comúnmente conocida como respuesta al estrés),” añadió Begdache. “Con el envejecimiento, hay un incremento en la formación de radicales libres (oxidantes), por lo que nuestra necesidad de antioxidantes se incrementa. Los radicales libres causan alteraciones en el cerebro, lo que incrementa el riesgo de desgaste mental. También, nuestra capacidad de regular el estrés decrece, por lo que si consumimos alimentos que activan la respuesta al estrés (como el café y demasiados carbohidratos), es muy probable que experimentemos desgaste mental.”
Begdache y su equipo están interesados en comparar el consumo nutricional entre hombres y mujeres en relación con el desgaste mental. Hay una diferencia de género en la morfología del cerebro, la cual podría también ser sensible a los componentes nutricionales, y podría potencialmente explicar el riesgo documentado de agotamiento mental específico por género, dijo Begdache.
Fuente: sciencedaily.com
Fecha: 11 de diciembre de 2017
Link: https://www.sciencedaily.com/releases/2017/12/171211192738.htm
Fuente original de la historia:
Materiales proporcionados por la Universidad Binghamton. Nota: el contenido podría haber sido editado en estilo y extensión.
Referencia de la publicación
Lina Begdache, Maher Chaar, Nasim Sabounchi, Hamed Kianmehr. Assessment of dietary factors, dietary practices and exercise on mental distress in young adults versus matured adults: A cross-sectional study. Nutritional Neuroscience, 2017; 1 DOI: 10.1080/1028415X.2017.1411875
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.