Lo que comemos puede afectar los resultados de la quimioterapia, y probablemente, de muchos otros tratamientos médicos, debido a los efectos dominó que comienzan en nuestro intestino, sugiere una investigación reciente.
El estudio
Los científicos de la Universidad de Virginia descubrieron que la dieta puede hacer que los microbios en el intestino provoquen cambios en la respuesta del huésped a un medicamento de quimioterapia. Los investigadores encontraron que los componentes comunes de nuestra dieta cotidiana (por ejemplo, aminoácidos) podrían aumentar o bien, disminuir tanto la efectividad como la toxicidad de los medicamentos utilizados para el tratamiento del cáncer. Esto podría aportar grandes avances a la nutrición oncológica.
El descubrimiento abre una nueva vía importante para la investigación médica y podría tener implicaciones importantes para predecir la dosis correcta y controlar mejor los efectos secundarios de la quimioterapia, informan los investigadores. El hallazgo también podría ayudar a explicar las diferencias observadas en las respuestas de los pacientes a la quimioterapia, las cuales han desconcertado a los médicos hasta ahora.
“La primera vez observamos que cambiar el microbio o agregar un solo aminoácido a la dieta podría transformar una dosis inocua del medicamento en una altamente tóxica, no podíamos creer lo que veíamos”, dijo Eyleen O’Rourke, PhD, de la Facultad de Artes y Ciencias de la UVA, el Departamento de Biología Celular de la Facultad de Medicina y el Centro de Investigación Cardiovascular Robert M. Berne. “Comprender con resolución molecular lo que estaba sucediendo, pasó por el tamiz cientos de microbios y genes del huésped. La respuesta fue una red asombrosamente compleja de interacciones entre la dieta, los microbios, el medicamento y el huésped”.
Cómo la dieta afecta la quimioterapia
Los médicos han apreciado durante mucho tiempo la importancia de la nutrición en la salud humana. Pero el nuevo descubrimiento destaca cómo lo que comemos nos afecta no solo a nosotros, sino también a los microorganismos dentro de nosotros.
Los cambios que desencadena la dieta en los microorganismos pueden aumentar la toxicidad de un fármaco quimioterapéutico hasta 100 veces, según descubrieron los investigadores utilizando el nuevo modelo de laboratorio que crearon con lombrices intestinales. “La misma dosis del medicamento que no hace nada en la dieta de control mata las lombrices intestinales si se agrega un miligramo del aminoácido serina a la dieta”, dijo Wenfan Ke, un estudiante de posgrado y autor principal de un nuevo artículo científico que describe los resultados.
Además, las diferentes combinaciones de dieta y microbios cambian la forma en que el huésped responde a la quimioterapia. “Los datos muestran que los cambios simples en la dieta pueden cambiar el metabolismo del microbio y, en consecuencia, cambiar o incluso revertir la respuesta del huésped a un medicamento”, informan los investigadores en su artículo publicado en Nature Communications.
En resumen, esto significa que comemos no solo para nosotros sino para las más de 1,000 especies de microorganismos que viven dentro de cada uno de nosotros, y que la forma en que alimentamos a estos organismos tiene un profundo efecto en nuestra salud y la respuesta a los tratamientos médicos. Un día, los médicos podrían dar a los pacientes no solo recetas médicas, sino pautas nutricionales detalladas y cócteles de microbios formulados personalmente para ayudarlos a alcanzar los mejores resultados.
Los investigadores ya han observado anteriormente que microbios y dieta afectan los resultados de los tratamientos. Sin embargo, la nueva investigación se destaca porque es la primera vez que los procesos moleculares subyacentes se han diseccionado por completo.
Un nuevo modelo
El nuevo modelo de los investigadores es una versión extremadamente simplificada del complejo microbioma, es decir, la colección de microorganismos que se encuentra en las personas. Las lombrices intestinales sirven como huésped, y las bacterias E. coli no patógenas representan los microbios en el intestino. En las personas, las relaciones entre la dieta, los microorganismos y el huésped son mucho más complejas, y comprender esto será una tarea importante para los científicos en el futuro.
El equipo de investigación señaló que los desarrolladores de medicamentos deberán tomar medidas para tener en cuenta el efecto de la dieta y los microbios durante su trabajo de laboratorio. Por ejemplo, deberán tener en cuenta si la dieta podría causar que los microorganismos produzcan sustancias llamadas metabolitos, que podrían interferir o facilitar el efecto de los medicamentos.
El futuro
Los investigadores sugieren que la complejidad de las interacciones entre medicamentos, huésped y microbioma es probablemente “astronómica”. Se necesita mucho más estudio, pero la comprensión resultante, dicen, ayudará a los médicos a “descubrir todo el potencial terapéutico de la microbiota”.
“El potencial de desarrollar medicamentos que puedan mejorar los resultados de los tratamientos al modular los microbios que viven en nuestro intestino es enorme”, dijo O’Rourke. “Sin embargo, la complejidad de las interacciones entre la dieta, los microbios, la terapéutica y el huésped que descubrimos en este estudio es asombrosa. Necesitaremos mucha investigación básica, incluyendo modelos informáticos sofisticados, para revelar cómo explotar plenamente el potencial terapéutico de nuestros microbios”.
Link: https://www.sciencedaily.com/releases/2020/06/200605121420.htm
Fecha: 5 de junio de 2020
Fuente: Sistema de Salud de la Universidad de Virginia
Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por el Sistema de Salud de la Universidad de Virginia. Nota: el contenido podría haber sido editado en estilo y extensión.
Referencia de la publicación:
Wenfan Ke, James A. Saba, Cong-Hui Yao, Michael A. Hilzendeger, Anna Drangowska-Way, Chintan Joshi, Vinod K. Mony, Shawna B. Benjamin, Sisi Zhang, Jason Locasale, Gary J. Patti, Nathan Lewis, Eyleen J. O’Rourke. Dietary serine-microbiota interaction enhances chemotherapeutic toxicity without altering drug conversion. Nature Communications, 2020; 11 (1) DOI: 10.1038/s41467-020-16220-w
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.