Debate
En el estudio Danish Diet, Cancer, and Health Study, el consumo de grandes cantidades de chocolate fue relacionado con una tasa de FA clínicamente aparente entre hombres y mujeres, 11 a 20% menor. Revisamos ajustes para el consumo calórico total puesto que, a priori, anticipamos que este estaría relacionado con el riesgo de FA, que podría ser un elemento de confusión en la relación. Puesto que el chocolate sólo contribuye con una pequeña porción de las calorías totales, los resultados del modelo no suponen que un mayor consumo de chocolate provoque un consumo sustancialmente menor de otros alimentos.
Dos estudios anteriores de cohortes a largo plazo examinaron la relación entre el consumo de chocolate y la tasa de FA. Nuestros resultados son consistentes con los resultados del estudio Women’s Health Study, el cual mostró que un consumo moderado de chocolate estaba relacionado con una tasa de 1 a 14% menor de FA informada por la propia persona, aunque las estimaciones para cada categoría de consumo no alcanzaron relevancia estadística.21 Por el contrario, los resultados del estudio Physicians’ Health Study, de hombres, no hallaron evidencia de una relación entre el consumo de chocolate y la FA informada por la propia persona, y las estimaciones puntuales sugerían que un mayor consumo de chocolate podría estar relacionado con una tasa 4 a 14% mayor de FA informada por la propia persona, aunque los resultados no alcanzaron relevancia estadística.22 En el presente estudio, la tasa menor de FA que se deriva de un mayor nivel de consumo de chocolate era aparente tanto para hombres como para mujeres.
Hay varias fuentes potenciales de heterogeneidad en los estudios. En este estudio, identificamos los casos de FA clínicamente aparente como una causa principal en el Registro Nacional, mientras que los dos estudios anteriores evaluaron el riesgo de FA informada por la propia persona, verificada en los registros médicos. Con base en los estudios anteriores, podría parecer que la relación varía por el sexo, sin embargo, los resultados fueron similares para los hombres y mujeres suscritos al estudio Danish Diet, Cancer, and Health Study. Es posible que la precisión del consumo de chocolate informado por la propia persona o de los síntomas de FA fuera diferente para la muestra de mujeres reclutadas de la población general del estudio Women’s Health Study, en comparación con lo que los médicos del estudio Physicians’ Health Study informaron; no obstante, resulta poco claro cómo esto daría resultado a una desviación sistemática. También es posible que la presencia de factores de confusión potenciales por factores relacionados con el consumo de chocolate y el riesgo de FA sea diferente para las dos muestras, aunque esto tampoco resulta claro o verificable a partir de los datos disponibles. Puesto que el chocolate en Europa tiene un mayor contenido de cacao que el chocolate en los Estados Unidos,16 es posible que nuestros resultados fueran más fuertes que los resultados de los dos estudios estadounidenses, debido a un mayor consumo de componentes protectores potenciales del chocolate por ración.
Evidencia reciente sugiere que un efecto inflamatorio en cascada que da como resultado una activación de leucocitos podría conducir a la generación de especies de oxígeno reactivo, proliferación de fibroblastos y un resultado adverso en las proteínas de la matriz. Esto podría ocasionar una remodelación estructural auricular y causar la incidencia de FA. Las propiedades antioxidantes, anti inflamatorias y anti plaquetas del cacao podrían mejorar la función endotelial, los niveles de lípidos, la presión arterial y la resistencia a la insulina,23 y disminuir la fibrosis y regular la remodelación eléctrica y estructural del tejido auricular.10, 11 Adicionalmente, una ración típica de 100 calorías de chocolate oscuro contiene 36 mg de magnesio, el cual tiene efectos hipotensores y anti arrítmicos.24 Estas propiedades podrían explicar el menor riesgo cardiovascular asociado con un consumo moderado de chocolate.
El mayor contenido de los flavonoides del chocolate oscuro, en comparación con el chocolate con leche, podría proporcionar grandes beneficios cardiovasculares. Un ensayo aleatorizado halló que, en comparación con el chocolate con leche, el chocolate oscuro podría tener un mayor contenido calórico pero también fomenta una mayor saciedad y reduce el deseo de comer cosas dulces, lo que ocasionaría un menor consumo calórico general.25 además, el contenido de flavonoles y la capacidad antioxidante total del plasma podría ser menor si el cacao se consume con leche o si el cacao se ingiere como chocolate con leche.26 Por otra parte, el cacao es consumido por lo general en productos altos en calorías que utilizan grasas y azúcares, y la fabricación moderna del chocolate podría ocasionar pérdidas de más el 80% de los flavonoides originales de los granos de cacao.27 Por lo tanto, podría ser ventajoso hallar maneras de consumir cacao en formas diferentes a las barras chocolate. El estudio Cocoa Supplement and Multivitamin Outcomes Study, el cual se encuentra actualmente en curso, es una prueba aleatorizada de gran tamaño que analiza el efecto del extracto concentrado de cacao en el riesgo de problemas cardiovasculares, y podría proporcionar claves respecto a la eficacia y factibilidad de consumir cacao de esta forma.
Existen algunas limitaciones de nuestro estudio que justifican este debate. Aunque teníamos bastantes datos sobre la dieta, estilo de vida y comorbilidad, no podemos descartar la posibilidad de confusión residual o no medida. Por ejemplo, no existían datos sobre enfermedades renales o apnea del sueño. Sin embargo, después de realizar ajustes para la edad, la relación con el tabaco y otros factores de confusión potenciales, la relación se atenuó relativamente pero siguió siendo relevante estadísticamente. No contábamos con información sobre el tipo de chocolate o la concentración del cacao. No obstante, la mayoría del chocolate que se consume en Dinamarca es chocolate con leche. En la Unión Europea, el chocolate con leche debe contener al menos 30% de sólidos de cacao y el chocolate oscuro debe contener un mínimo de 43% de sólidos de cacao; las proporciones correspondientes en los Estados Unidos son 10% y 35%.16 A pesar del hecho de que la mayoría del chocolate consumido en nuestra muestra probablemente contenía concentraciones relativamente bajas de ingredientes potencialmente protectores, aun así observamos una robusta relación estadísticamente relevante, lo que sugiere que nuestros hallazgos podrían subestimar los efectos protectores del chocolate oscuro.
Como con cualquier estudio que usa información de exposición, proporcionada por los mismos participantes, hay una preocupación por que los individuos no recuerden adecuadamente dicha información. No obstante, nuestro cuestionario FFQ fue validado en un estudio que comparaba 2 registros alimenticios ponderados de 7 días.13 Por otro lado, si la clasificación incorrecta del consumo de chocolate no estuviera relacionada con la incidencia de FA, nuestros resultados probablemente reflejarían una subestimación del efecto protector del chocolate. No tenemos información de la forma en que los cambios en el consumo de chocolate podrían haber afectado el riesgo de FA de un participante. El consumo de chocolate y los datos de las covariables estuvieron disponibles en el punto de partida del estudio, para la mayoría de los participantes, en el quinto año del seguimiento, y podrían haber cambiado durante los 13.5 años del mismo, lo que ha dado como resultado una clasificación errónea no diferencial de exposición, lo cual reduciría el potencial para detectar una relación. Adicionalmente, este estudio fue limitado a casos con un diagnóstico de FA como causa principal. No contábamos con información sobre casos de FA silenciosa, cardioversiones eléctricas optativas, o FA declarada en clínicas y visitas a salas de urgencias. Por lo tanto, es probable que hayamos subestimado sustancialmente la incidencia global de FA en la población. Sin embargo, la restricción de casos de FA incidental no deberían afectar la validez del estudio actual puesto que es poco probable que la identificación de FA sintomática diagnosticada tenga un impacto en los niveles de consumo regular de chocolate. Finalmente, este estudio y los precedentes identificados en nuestra reseña sistemática estuvieron principalmente compuestos por participantes caucásicos, y los resultados podrían no ser generalizables a otras poblaciones si la relación se ve modificada por factores genéticos.
A pesar de estas limitaciones, nuestro estudio tiene muchas fortalezas, que incluyen una muestra de gran tamaño, un diseño basado en una población que evolucionaba con el tiempo, datos detallados sobre la dieta y los factores potencialmente relacionados con la exposición y el objeto, y un seguimiento casi completo del cohorte del estudio a lo largo de muchos años.
Conclusiones
Los participantes con un mayor consumo de chocolate tenían una tasa menor de FA incidental clínicamente aparente o aleteo auricular. Se necesitarán estudios posteriores para confirmar este hallazgo y para determinar si un alto consumo de chocolate está relacionado con un riesgo mayor de FA.
Fecha:
Publicado en papel 2 de mayo de 2017
Publicado en línea 23 de mayo de 2017
Autores:
Elizabeth Mostofsky, Martin Berg Johansen, Anne Tjønneland, Harpreet S Chahal, Murray A Mittleman, Kim Overvad
Factores de riesgo y prevención de enfermedades cardíacas
Artículo original
Link: http://heart.bmj.com/node/143513.full
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.