Nuestra alimentación es, probablemente, el factor ambiental de riesgo para nuestra salud a enfermedades más importante de todos aquellos a los que estamos expuestos.
Se calcula que una nutrición inadecuada es la causa del 30-60% de cánceres —similar en magnitud al riesgo que produce fumar—.
También una nutrición inadecuada es responsable en gran medida de enfermedades como la diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer.
Sin embargo no todos tenemos el mismo riesgo de padecer estas enfermedades, ni todos reaccionamos de igual manera a una mala alimentación.
La diferencia se encuentra en la genética individual, que determina nuestra respuesta a la alimentación, y define el riesgo a enfermar ante un ambiente y nutrición determinados.