¿Tus genes determinan lo que deberías o no deberías comer? Bienvenido al mundo de la Nutrigenómica. Expertos en genética nos ilustran en la materia
¿Qué es la Nutrigenómica?
¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos consumidores de arroz tienen una figura un poco más delgada que aquellos que en un esfuerzo por bajar de peso no lo comen en absoluto? Si pudiésemos saber cómo responderían nuestros genes a lo que comemos, sería más sencillo decidir qué comer o qué evitar. Esto ha dado como resultado la rama de la ciencia llamada Nutrigenómica, la cual ha evolucionado en los últimos años. Esta rama de la ciencia estudia la interacción entre los nutrientes y los genes, y su impacto en nuestra salud y las enfermedades. “Dado que la composición genética de los humanos varía de persona a persona, nuestras respuestas a la comida que consumimos también difieren. En una perspectiva más amplia, la composición genética de la gente está basada en la geografía, y la susceptibilidad genética a los ingredientes alimenticios cambia de un individuo a otro,” explica el Dr. Dnyandeo Chopade, Consultor Médico Genetista y Director del Centro de Salud e Investigación Genética en Nashik.
¿Qué es la expresión génica?
Para entender las complejidades de esta ciencia se necesita comprender el concepto de expresión génica, un proceso a través del cual la información de nuestros genes es utilizada para producir las proteínas requeridas para el crecimiento, el desarrollo, la reparación y el funcionamiento de nuestro cuerpo. “Nuestros genes se expresan en respuesta a los diferentes estímulos de nuestro entorno, incluyendo los alimentos que consumimos. De manera que, algunas veces, los nutrientes en nuestra comida causan una expresión alterada de nuestros genes, lo que da como resultado diversos padecimientos como obesidad, diabetes y otras enfermedades crónicas. Esto explica por qué las diferentes razas humanas (con sus diferentes composiciones genéticas) tienen hábitos alimenticios diferentes. Su susceptibilidad a enfermedades es también distinta. Esto significa que cierto nutriente puede tener un efecto positivo en un individuo y absolutamente nulo en otro, así como probablemente causar uno negativo en un tercero,” explica el Dr. Chopade.
Analizando esta teoría más a fondo, El Dr. Amol Raut, CEO de Gene Support, dice, “Los genes pueden ser activados o desactivados debido a varios factores, incluyendo la comida, nuestro estilo de vida, la actividad física o incluso la exposición a diversos factores químicos y físicos en nuestro entorno. Ya sea que un gen en específico permanezca inactivo o se manifieste en menor grado o a su máxima expresión, este está controlado por muchas moléculas bioquímicas de los nutrientes. Al estudio de esta expresión variable o supresión de genes debido a dietas específicas se le conoce como Epigenética. Los nutrientes que obtenemos de la carne, las frutas y los vegetales definitivamente varían en su contenido proteínico, teniendo un impacto variable en la expresión de nuestra composición genética.”
Escrito en el cuerpo
Los humanos alrededor del mundo son distintos unos de otros debido a que han evolucionado en distintos ambientes, y consecuentemente, han desarrollado características internas y externas que les han ayudado a sobrevivir en sus hábitats. Por ejemplo, la pigmentación de una piel más oscura provee una ventaja contra exposiciones prolongadas al sol. “Está claro que ambientes distintos proveían diferentes fuentes de alimento, y que los humanos se adaptaban a los alimentos disponibles en esos ambientes. Un estudio reciente de la Universidad de Cornell encontró que las personas con ascendencia de vegetarianos, tienen más probabilidades de tener genes que metabolicen rápidamente ácidos grasos de origen vegetal y que las generaciones descendientes de estas personas tienen un mayor riesgo de padecer cáncer cuando cambian a una dieta no vegetariana. Esto también significa que incluso los vegetarianos tendrán naturalmente el colesterol alto si son portadores de estos genes, sin embargo, este es aún un campo de investigación emergente con mucho más por descubrir en los próximos años. Aún hay muchas preguntas específicas sobre la interacción del tipo genético de la India con los alimentos modernos que hay que investigar,” dice el Dr. Abdur Rub, Cofundador de Xcode Life, Chennai.
Es interesante que un gran número de indios son intolerantes a la lactosa. De acuerdo con un estudio del Instituto Sanjay Gandhi, de Lucknow, aproximadamente el 66 por ciento de los indios del norte y el 88 por ciento de los indios del sur no pueden metabolizar la lactosa. “Evidentemente, la leche no es para nosotros, aunque el queso tiene un menor grado de lactosa que la leche entera, por lo que es más tolerable para la gente intolerante a la lactosa,” dice el Dr. Rub. Los indios son genéticamente diversos a lo largo de la geografía del país. Así que si uno se adapta a digerir fibras cultivadas en su ambiente nativo, entonces se puede extender esa capacidad para fibras que no fueron cultivadas localmente. Esto significa que si te es fácil digerir avena, puede ser que también te sea fácil digerir ragi. No obstante, hablando de nutrigenética, apenas hemos rozado la superficie y aún hay muchos descubrimientos interesantes por hacer,” dice el Dr. Rub.
La comida ya no es solamente una fuente de calorías con contenido de proteínas, carbohidratos y grasas. La Nutrigenética la ve como información que puede ser considerada un control remoto de nuestros genes, activándolos y desactivándolos a través de una variedad de modificaciones. “El problema surge cuando la activación no deseada de genes es detonada debido al alimento equivocado o inclusive al alimento adecuado en el momento incorrecto. Por consiguiente, nuestro objetivo debería ser comprender cómo controlar estos genes a través de la comida. Por ejemplo, si una persona es genéticamente intolerante al gluten, consumir alimentos con gluten como el trigo, puede desatar genes inflamatorios en una manera desagradable, lo que daría como resultado diversos síntomas no gratos como hinchazón, entumecimiento y dolor. Hoy es posible entender qué alimentos activan nuestros genes y cómo utilizar esta información de manera óptima” añade el Dr. Raut.
La dieta correcta
Los genes no pueden ser alterados y estos permanecen de esta forma a lo largo de la vida, sin embargo, la forma en que se expresan puede ser controlada. Aunque no existe una dieta correcta para cada persona, pueblos distintos no sólo consumen diferentes alimentos, sino que también sus cuerpos los utilizan de manera diferente. “La gente del norte de Canadá y Groenlandia y otros lugares donde la temperatura está en grados bajo cero, comen y digieren más grasa que otros pueblos. Esta adaptación a las oportunidades nutricionales locales ha dado como resultado la evolución de las diferencias genéticas alrededor del mundo. Sin duda esto indica que debemos comer lo más natural posible y de productos producidos localmente,” dice el Dr. Chopade.
Comer como un indio global
Con el crecimiento de la globalización, las dietas Occidentales se han vuelto dominantes. Esto coincide con el incremento de obesidad, detonado por un estilo de vida sedentario. Hay estudios sobre la alta tasa de diabetes entre personas que han cambiado de su dieta nativa a una dieta occidental. Una investigación de la Universidad de San Francisco sobre los riesgos de distintas comunidades ha hecho hallazgos sorprendentes. Afirma que la gente del Sur de Asia (habitantes de la India, Paquistán, Bangladesh, Nepal y Sri Lanka) tiene altos índices de ataques cardíacos y derrames cerebrales, y comprenden el 60 por ciento de los pacientes de cardíacos a nivel mundial. También poseen la mayor tasa de mortalidad por enfermedades del corazón en los Estados Unidos, comparada con la de otros grupos étnicos, y conllevan una mayor carga de factores de riesgo cardiovascular a más temprana edad. Habiendo dicho eso, en un estudio del 2014 realizado por Mediadores de la Ateroesclerosis en Asiáticos del Sur que viven en América (MASALA por sus siglas en inglés), el equipo halló que tanto personas fuertemente arraigadas a sus tradiciones culturales surasiáticas, así como personas con débiles lazos culturales presentaban un fuerte riesgo de enfermedades cardíacas — indicado por el grosor de sus arterias carótidas. “Las personas biculturales que mantenían algunas de sus creencias tradicionales pero adoptaban algunas de las costumbres occidentales, presentaban el menor grosor de las arterias carótidas. De modo que observamos que no sólo es la Occidentalización lo que está afectando el riesgo de enfermedades cardiovasculares sino también a quienes podrían estar más arraigados a decisiones culturales — expresadas ya sea mediante su dieta, el ejercicio de sus creencias o la presión social. No se trata únicamente de factores de riesgo biológicos,” dice el Dr. Rub.
Algunas claves para poner en práctica una dieta con base genética
- .. Consume alimentos con propiedades anti-inflamatorias si padeces de síntomas de inflamación, como dolor, hinchazón, acné, entumecimiento y acidez.
- .. Los antioxidantes ocultan los efectos nocivos de algunos genes indeseables, o pueden detonar la síntesis de químicos beneficiosos en nuestro cuerpo que nos ayudan a reducir la oxidación (bajos niveles de energía, problemas dérmicos, problemas relacionados con el cabello, etc.)
- .. La utilización de una mezcla correcta de vitaminas activas como las Vitaminas B6, B9 y B12 puede ayudar a esos genes que combaten la anemia, la ansiedad, las enfermedades del corazón, etc. Pueden ser frutas cítricas, y vegetales con hojas, etc.
Fuente: mumbaimirror.indiatimes.com
Fecha: 8 de noviembre de 2016
Por: Nasrin Modak Siddiqui
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.