Un nuevo estudio, publicado en JAMA Internal Medicine, compara los beneficios para la salud que conlleva el denominado ‘power walking’ frente a la popular recomendación del médico japonés Yoshiro Hatano.
Cuenta la ‘leyenda’ que, alarmado ante el creciente problema de obesidad, Yoshiro Hatano, un médico japonés, se dio cuenta de que la gente apenas daba 5.000 pasos diarios y pensó que, si se doblaba esa distancia, obviamente, también se lograría duplicar el gasto calórico y, por lo tanto, mantener la báscula a raya.
Desde aquel momento, mediados de la década de los 60, la recomendación de llegar a esos 10.000 pasos diarios (unos ocho kilómetros) para gozar de un buen estado de salud se convirtió en un ‘mantra’ para millones de personas en todo el mundo que encontraron en ella tanto el aliciente que necesitaban para moverse como la ‘excusa’ para no ir al gimnasio.
Incentivado por toda una nueva generación de dispositivos medidores de la actividad, dar esos 10.000 pasos, de innegables beneficios físicos y mentales, pasó a ser el reto ‘deportivo’ más popular hasta que un estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Warwick (Inglaterra) y publicado en marzo 2017 en ‘The International Journal of Obesity’, llegó a la conclusión de que esos 10.000 pasos no eran suficientes, que hay que dar… ¡15.000!
Realizada tomando como muestra a carteros o repartidores de Glasgow (Escocia) que caminaban más de tres horas a diario como parte de su rutina, esta investigación reveló que los empleados que realizaban su ruta diaria a pie y pasaban menos tiempo sentados presentaban un mejor estado físico. Todos ellos daban 15.000 pasos -unos 11 kilómetros- al día, como mínimo.
Qué es el “Power walking”
Obviamente, los defensores de la caminata como actividad física más que válida para mantenerse en un estado de forma aceptable (nos guste o no, hay que darle a las rutinas de fuerza y trabajar flexibilidad, movilidad y equilibrio), siempre han advertido de que andar a ritmo de mirar escaparates, aunque cuente como movimiento, no puntúa igual, que para obtener beneficios sustanciales hay que meter caña: caminar rápido, hacer intervalos de alta y moderada intensidad y, a ser posible, transitar por circuitos con cuestas que nos hagan trabajar más intensamente tanto cardiovascular como muscularmente.
Caminar más rápido y, a ser posible, con una adecuada activación muscular (abdomen, glúteos e, incluso, brazos) es, precisamente la filosofía del denominado ‘power walking’, una disciplina con cada vez más tirón popular como método para ejercitarse física y mentalmente (ojo, porque practicado con amigos es una terapia más que eficaz).
Entonces, ¿con qué nos quedamos, con los 10.000 pasos diarios o con el ‘power walking’? ¿Son los dos igual de buenos para la salud o alguno de ellos tiene más beneficios que el otro? Pues esas son, precisamente, las preguntas a las que ha dado respuesta un equipo de investigadores de la Universidad de Sydney (Australia) y la Universidad del Sur de Dinamarca en el mayor estudio realizado hasta la actualidad sobre el asunto.
Publicada en JAMA Internal Medicine y JAMA Neurology, en esta investigación se ha puesto de relieve que, efectivamente, completar esos 10.000 pasos al día reduce el riesgo de padecer demencia, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer, disminuyendo las probabilidades de morir por alguna de estas causas.
Tras monitorizar a 78.500 adultos, se pudo observar que solo con dar 2.000 pasos al día se reducía el riesgo de muerte prematura un 8%. También se se observaron asociaciones similares para las enfermedades cardiovasculares y la incidencia de cáncer; y un mayor número de pasos por día se asoció con un menor riesgo de demencia por cualquier causa (la dosis óptima sería de 9.800 pasos).
Sin embargo, y aquí viene el meollo del asunto, estos científicos pudieron constatar que caminar a un ritmo más rápido, como el que se alcanza en el ‘power walking‘, resulta más interesante, desde el punto de vista de los beneficios que aporta, que dar esos 10.000 pasos recomendados. «El mensaje final aquí es que, para obtener beneficios protectores para la salud, las personas no solo han de aspirar a ese ideal de dar 10.000 pasos al día, sino también a caminar más rápido«, señala Matthew Ahmadi, coautor principal del estudio e investigador de la Universidad de Sydney.
Link: https://www.elmundo.es/vida-sana/cuerpo/2022/09/19/63282855fc6c8343168b45d4.html
Autor: GEMA GARCÍA MARCOS
Fecha: Actualizado Martes, 20 septiembre 2022 – 08:46
Fuente: www.elmundo.es
Foto: Pixabay
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.