Muy dentro del cerebro, una pequeña región en forma de almendra llamada amígdala, tiene una función vital en la forma en que exhibimos emociones, comportamientos y motivación; también está fuertemente involucrada en el abuso del alcohol.
El estudio
Por primera vez, un equipo de investigación ha identificado cambios importantes en los mecanismos antiinflamatorios y la actividad celular de la amígdala que inducen la adicción al alcohol.
Parece ser que también está fuertemente involucrada en el abuso del alcohol, lo que la ha convertido en materia de estudio a largo plazo para Marisa Roberto, PhD, profesora del Departamento de Medicina Molecular del Instituto de Investigación Scripps.
Por primera vez, Roberto y su equipo han identificado cambios importantes en los mecanismos antiinflamatorios y la actividad celular de la amígdala que inducen la adicción al alcohol. Al contrarrestar este proceso en ratones, fueron capaces de detener el consumo excesivo de alcohol, lo que reveló una posible vía de tratamiento para el trastorno de consumo de alcohol. El estudio fue publicado en la revista científica Progress in Neurobiology.
“Descubrimos que la exposición crónica al alcohol pone en riesgo las células inmunes del cerebro, que son importantes para mantener neuronas sanas”, dijo Reesha Patel, PhD, investigadora postdoctoral en el laboratorio de Roberto y primera autora del estudio. “El daño resultante alimenta la ansiedad y el consumo de alcohol, lo que podría conducir al trastorno de consumo de alcohol”.
El estudio de Roberto analizó específicamente una proteína inmunitaria llamada interleucina 10, o IL-10, la cual es abundante en el cerebro. Se sabe que la IL-10 tiene poderosas propiedades antiinflamatorias, lo que asegura que el sistema inmunológico no responda con demasiada fuerza a las amenazas de las enfermedades. En el cerebro, la IL-10 ayuda a limitar la inflamación causada por lesiones o enfermedades como derrames cerebrales o Alzheimer. Pero también parece influir en los comportamientos clave asociados con el consumo crónico de alcohol.
Los hallazgos
En ratones que presentaban un consumo crónico de alcohol, la IL-10 se redujo considerablemente en la amígdala y no envió señales adecuadas a las neuronas, lo que contribuyó al aumento en el consumo de alcohol. Sin embargo, al aumentar la comunicación de la IL-10 en el cerebro, los científicos podrían revertir los efectos aberrantes. En particular, observaron una notable reducción en los comportamientos similares a la ansiedad y la motivación para beber alcohol.
“Hemos demostrado que las respuestas inmunitarias inflamatorias en el cerebro tienen mucho que ver en el desarrollo y mantenimiento del trastorno de consumo de alcohol”, dijo Roberto. “Pero quizás lo más importante es que proporcionamos un nuevo marco para la intervención terapéutica, el cual se dirige a los mecanismos antiinflamatorios”.
El futuro
El trastorno de consumo de alcohol está muy extendido, afecta a unos 15 millones de personas en los Estados Unidos y existen pocos tratamientos eficaces. Al examinar cómo cambian las células cerebrales con la exposición prolongada al alcohol, el laboratorio de Roberto ha descubierto muchos nuevos métodos terapéuticos posibles para las personas con adicción al alcohol.
En el último estudio, el laboratorio de Roberto colaboró con Silke Paust, PhD, y profesora adjunta en el Departamento de Inmunología y Microbiología. Paust y su equipo establecieron las células inmunes precisas en todo el cerebro que se ven afectadas por el consumo crónico de alcohol. Los hallazgos revelaron un gran cambio en el panorama inmunológico del cerebro, con mayores niveles de células inmunitarias conocidas como microglía y células T reguladoras, las cuales producen IL-10.
A pesar de existir un mayor número de células productoras de IL-10 en todo el cerebro de los ratones con un consumo prolongado de alcohol, la amígdala contaba una historia diferente. En esa región, los niveles de IL-10 eran más bajos y su función de comunicación estaba afectada, lo que sugiere que el sistema inmunológico de la amígdala responde de manera única al consumo crónico de alcohol.
Este estudio complementa los hallazgos recientes del laboratorio de Roberto que demuestran un papel casual de la microglía en el desarrollo de la dependencia al alcohol.
Los estudios futuros utilizarán estos hallazgos como base para identificar exactamente cómo y cuándo la IL-10 envía señales a las neuronas en la amígdala y otros circuitos del cerebro relacionados con la adicción para alterar el comportamiento.
Link: https://www.sciencedaily.com/releases/2020/11/201116132248.htm
Fecha: 16 de noviembre de 2020
Fuente: Instituto de Investigación Scripps
El Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo auspició este estudio (subvenciones AA021491, AA013498, AA006420, AA017447, AA015566, AA027700, AA026765, AA007456) así como el Centro Pearson para la Investigación del Alcoholismo y las Adicciones.
Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por el Instituto de Investigación Scripps. Nota: El contenido podría haber sido editado en estilo y extensión.
Referencia de la Publicación:
Reesha R. Patel, Sarah A. Wolfe, Michal Bajo, Shawn Abeynaike, Amanda Pahng, Vittoria Borgonetti, Shannon D’Ambrosio, Rana Nikzad, Scott Edwards, Silke Paust, Amanda J. Roberts, Marisa Roberto. IL-10 normalizes aberrant amygdala GABA transmission and reverses anxiety-like behavior and dependence-induced escalation of alcohol intake. Progress in Neurobiology, 2020; 101952 DOI: 10.1016/j.pneurobio.2020.101952
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.