Un grupo de investigadores identifica una lista compartida de problemas de salud, desde el daño del ADN hasta el deterioro cognitivo
Un grupo de investigadores argumenta que la obesidad debe considerarse envejecimiento prematuro. Analizan la manera en que la obesidad predispone a las personas a adquirir los tipos de enfermedades potencialmente mortales o dañinas que se observan normalmente en personas mayores: genomas dañados, sistemas inmunes debilitados, cognición disminuida, mayores posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedad de Alzheimer, enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades.
A nivel mundial, se estima que 1,900 millones de adultos y 380 millones de niños tienen sobrepeso u obesidad. Según la Organización Mundial de la Salud, más personas mueren de sobrepeso que de bajo peso. Un grupo de investigadores de la Universidad Concordia están instando a las autoridades de salud a repensar su visión de la obesidad.
El artículo para repensar la obesidad
En su artículo publicado en la revista científica Obesity Reviews, un grupo de investigadores argumentan que la obesidad debe considerarse envejecimiento prematuro.
Analizan la manera en que la obesidad predispone a las personas a adquirir los tipos de enfermedades potencialmente mortales o dañinas que se ven normalmente en personas mayores: genomas dañados, sistemas inmunes debilitados, cognición disminuida, mayores posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedad de Alzheimer, enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades.
El estudio fue dirigido por Sylvia Santosa, profesora adjunta de salud, kinesiología y fisiología aplicada en la Facultad de Artes y Ciencias. Ella y sus colegas revisaron más de 200 trabajos de investigación que analizaban los efectos de la obesidad, desde el nivel celular pasando por el tejido y hasta en todo el cuerpo. El estudio fue escrito por Bjorn Tam, becario posdoctoral de Horizon, y José Morais, profesor adjunto en el Departamento de Medicina de la Universidad McGill.
«Estamos tratando de argumentar de manera exhaustiva que la obesidad se asemeja al envejecimiento», explica Santosa, presidente de investigación de Nivel II de Canadá en nutrición clínica. «En realidad, los mecanismos por los cuales se desarrollan las comorbilidades de obesidad y envejecimiento son muy similares».
De las células a los sistemas.
El trabajo de investigación analiza las formas en que la obesidad envejece el cuerpo desde varias perspectivas diferentes. Muchos estudios previos ya han relacionado la obesidad con la muerte prematura. Sin embargo, los investigadores señalan que en los niveles más profundos dentro del cuerpo humano, la obesidad es un factor que acelera directamente los mecanismos del envejecimiento.
Por ejemplo, Santosa y sus colegas analizan los procesos de muerte celular y el mantenimiento de células sanas (apoptosis y autofagia, respectivamente) que generalmente están asociados con el envejecimiento.
Los estudios han demostrado que se ha observado apoptosis inducida por la obesidad en corazones, hígados, riñones, neuronas, oídos internos y retinas de ratones. La obesidad también inhibe la autofagia, la cual puede provocar cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y Alzheimer.
A nivel genético, los investigadores escriben que la obesidad influye en una serie de alteraciones asociadas con el envejecimiento. Estas incluyen el acortamiento de los tapones protectores que se encuentran en los extremos de los cromosomas, llamados telómeros. Los telómeros en pacientes con obesidad pueden ser más de un 25 por ciento más cortos que los observados en pacientes de control, por ejemplo.
Santosa y sus colegas señalan además que los efectos de la obesidad en el deterioro cognitivo, la movilidad, la hipertensión y el estrés son similares a los del envejecimiento.
Al salir del nivel celular, los investigadores dicen que la obesidad desempeña un papel importante en la lucha del cuerpo contra las enfermedades relacionadas con la edad. La obesidad, escriben, acelera el envejecimiento del sistema inmune al atacar diferentes células inmunes, y que una reducción de peso posterior no siempre revertirá el proceso.
Los efectos de la obesidad en el sistema inmune, a su vez, afectan la susceptibilidad a enfermedades como la influenza, que a menudo afecta a los pacientes con obesidad en una mayor proporción que a las personas de peso normal. También tienen un mayor riesgo de sarcopenia, una enfermedad generalmente asociada con el envejecimiento, que provoca una disminución progresiva de la masa muscular y la fuerza.
Finalmente, el trabajo de investigación explica la manera en que las personas con obesidad son más susceptibles a enfermedades que por lo general aparecen en una etapa avanzada de la vida, como la diabetes tipo 2, el Alzheimer y varias formas de cáncer.
Similitudes demasiado grandes para ignorar
Santosa dice que la inspiración para este estudio le llegó cuando se dio cuenta de cuántos niños con obesidad desarrollaban síntomas de enfermedades que aparecen en la edad adulta, como hipertensión, colesterol alto y diabetes tipo 2. También se dio cuenta de que las comorbilidades de la obesidad eran similares a las del envejecimiento.
“Les pido a las personas que enumeren tantas comorbilidades de obesidad como puedan”, dice Santosa. “Luego, pregunto cuántas de esas comorbilidades están asociadas con el envejecimiento. La mayoría de las personas dirán, todas ellas. Ciertamente hay algo que está sucediendo en la obesidad que está acelerando nuestro proceso de envejecimiento».
Ella cree que esta investigación ayudará a las personas a comprender mejor cómo funciona la obesidad y fomentará ideas sobre cómo tratarla.
«Espero que estas observaciones canalicen nuestra visión para comprender la obesidad un poco mejor y al mismo tiempo, nos permitan pensar en la obesidad de diferentes maneras. Estamos haciendo diferentes preguntas de las que tradicionalmente se han planteado».
Link: https://www.sciencedaily.com/releases/2020/02/200225122954.htm
Fecha: 25 de febrero de 2020
Fuente: Universidad Concordia
Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por la Universidad Concordia. Original escrito por Patrick Lejtenyi. Nota: El contenido podría haber sido editado en estilo y extensión.
Referencia de la publicación:
Bjorn T. Tam, Jose A. Morais, Sylvia Santosa. Obesity and ageing: Two sides of the same coin. Obesity Reviews, 2020; DOI: 10.1111/obr.12991
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.