Un estudio realizado por la Universidad de Bonn muestra que después de un cambio hacia una dieta saludable, las defensas del cuerpo permanecen hiperactivas.
El sistema inmune reacciona a una dieta alta en grasas y alta en calorías, de manera similar como lo hace ante una infección bacteriana. Esto se muestra en un estudio reciente realizado por la Universidad de Bonn. Particularmente perturbador: la comida poco saludable parece hacer más agresivas las defensas del cuerpo a largo plazo. Aun mucho después de cambiar hacia una dieta saludable, la inflamación hacia la estimulación inmune innata es más pronunciada.
Estos cambios a largo plazo podrían estar involucrados en el desarrollo de la arterosclerosis y la diabetes, enfermedades vinculadas a la dieta occidental. Los resultados serán publicados en la revista científica Cell.
El estudio
Los científicos dieron a ratones la famosa “dieta occidental”: Alta en grasas, alta en azúcar y baja en fibra. A raíz de esto, los animales desarrollaron una fuerte respuesta inflamatoria por todo el cuerpo, casi como la observada después de una infección de bacterias peligrosas.
“La dieta poco saludable dio como resultado un incremento inesperado del número de ciertas células inmunes en la sangre de los ratones, especialmente granulocitos y monocitos. Esto es la indicación del involucramiento de los progenitores de las células inmunes en la médula ósea,” explica Anette Christ, investigadora de posdoctorado del Instituto de Inmunidad Innata de la Universidad de Bonn. Para comprender mejor estos hallazgos inesperados, los progenitores de la médula ósea para los principales tipos de células inmunes, fueron aislados en ratones a los cuales se dio una dieta occidental o una dieta saludable de control, y se realizó un análisis sistemático de su estado de funcionamiento y activación.
“Los estudios genómicos mostraron, en realidad, que la dieta occidental había activado un gran número de genes en las células progenitoras. Los genes afectados incluían a los que son responsables de la proliferación y maduración,” explica el Prof. Dr. Joachim Schultze del Instituto de Ciencias Médicas y de la Vida (LIMES por sus siglas en inglés) de la Universidad de Bonn, y del Centro Alemán para las Enfermedades Neuro Degenerativas (DZNE por sus siglas en alemán). De esta manera, la comida rápida causa que el cuerpo reclute rápidamente un enorme y poderoso ejército. Cuando los investigadores ofrecieron a los redores su típica dieta de cereales durante cuatro semanas adicionales, la inflamación aguda desapareció. Lo que no desapareció fue la reprogramación genética de las células inmunes y sus precursores: aun después de estas cuatro semanas, muchos de los genes que habían sido activados durante la fase de la comida rápida, continuaban activos.
“El sensor de comida rápida” en las células inmunes
“Recientemente se ha descubierto que el sistema inmune innato tiene una forma de memoria”, explica el Prof. Dr. Eicke Latz, Director del Instituto para la Inmunidad Innata o de la Universidad de Bonn y científico del DZNE. “Después de una infección, las defensas del cuerpo continúan en una especie de estado de alarma, por lo que pueden responder más rápidamente a un nuevo ataque.” Los expertos denominan a esto “entrenamiento inmune innato.” En los ratones, este proceso no fue desatado por una bacteria, sino por una dieta poco saludable.
Los científicos fueron capaces de identificar el “sensor de comida rápida” responsable, en las células inmunes. Examinaron células sanguíneas de 120 sujetos. En algunos de los sujetos, el sistema inmune innato mostró un efecto de entrenamiento particularmente fuerte. En estos sujetos, los investigadores hallaron evidencia genética del involucramiento de un inflamasoma. Los inflamasomas son complejos clave de comunicación intracelular que reconocen agentes infecciosos y otras sustancias nocivas, y subsecuentemente liberan mensajeros altamente inflamatorios. Todavía está por determinarse cómo es que el inflamasoma NLRP3 reconoce la exposición del cuerpo a una dieta occidental.
De manera interesante, además de la respuesta inflamatoria aguda, esto tiene también consecuencias a largo plazo para las respuestas del sistema inmune: la activación por la dieta occidental cambia la manera en la cual la información genética es empaquetada. El material genético es almacenado en el ADN y cada célula contiene varios filamentos de ADN, los cuales en conjunto miden cerca de 2 m de longitud. Sin embargo, están comúnmente enrollados alrededor de ciertas proteínas en el núcleo, y por lo tanto, muchos genes en el ADN no pueden ser leídos puesto que son sencillamente demasiado inaccesibles.
Una alimentación poco saludable causa que algunas de estas piezas de ADN normalmente ocultas se desenrollen, de manera similar a como lo hace un aro de hilo que se desprende de una bola de lana. Esta área de material genético puede entonces ser leída mucho más fácilmente, siempre y cuando este desenvolvimiento temporal permanezca activo. Los científicos denominan a este fenómeno, cambios epigenéticos. “El inflamasoma desata dichos cambios epigenéticos”, explica el Dr. Latz. “El sistema inmune reacciona en respuesta a esto aun ante estímulos pequeños, con respuestas inflamatorias más fuertes.”
Impresionantes consecuencias para la salud
Estas respuestas inflamatorias pueden, a su vez, acelerar el desarrollo de enfermedades vasculares o diabetes tipo 2. En la arteriosclerosis, por ejemplo, los típicos depósitos vasculares, las placas, constan principalmente de lípidos y células inmunes.
La reacción inflamatoria contribuye directamente a su crecimiento, ya que las células inmunes recientemente activadas migran constantemente a las paredes alteradas de los vasos. Cuando las placas llegan a ser demasiado grandes, pueden estallar, lo que da pie a coágulos sanguíneos, y son transportadas por el torrente sanguíneo pudiendo tapar los vasos. Las posibles consecuencias: derrame cerebral o ataque cardiaco.
Una nutrición inadecuada puede entonces tener consecuencias muy graves. En los siglos recientes, la esperanza de vida promedio se ha incrementado a un ritmo constante en los países occidentales. Esta tendencia ha sido interrumpida actualmente por primera vez: las personas que nacen actualmente vivirán en promedio menos que sus padres. Las dietas poco saludables y el poco ejercicio juegan un papel decisivo en esto.
“Por lo tanto, estos hallazgos tienen una relevancia social importante,” explica Latz. “La base de una dieta saludable necesita convertirse en una parte mucho más importante de la educación, de lo que es actualmente. Sólo de esta forma podemos inmunizar a los niños en una etapa temprana, contra las tentaciones de la industria alimenticia. Los niños tienen muchas opciones qué comer todos los días. Deberíamos permitirles tomar decisiones conscientes respecto a sus hábitos alimenticios.”
La investigación involucró a grupos de los Países Bajos, los Estados Unidos, Noruega y Alemania. Latz y Schultze son miembros del consorcio de excelencia “ImmunoSensation”, el cual investiga el sistema inmune innato. Latz es considerado un líder en el campo de la inmunidad innata y ha sido reconocido con el Premio Gottfried Wilhelm Leibniz por su trabajo, en Diciembre de 2017. Este es considerado uno de los premios más prestigiosos de Alemania.
Fecha: 11 de enero de 2018
Fuente: Universidad de Bonn
Link: https://www.eurekalert.org/pub_releases/2018-01/uob-ffm011118.php
Publicación: Anette Christ, Patrick Günther, Mario A.R. Lauterbach , Peter Duewell, Debjani Biswas, Karin Pelka, Claus J. Scholz, Marije Oosting, Kristian Haendler, Kevin Baßler, Kathrin Klee, Jonas Schulte-Schrepping, Thomas Ulas, Simone J.C.F.M. Moorlag, Vinod Kumar, Min Hi Park, Leo A.B. Joosten, Laszlo A. Groh, Niels P. Riksen, Terje Espevik, Andreas Schlitzer, Yang Li, Michael L. Fitzgerald, Mihai G. Netea, Joachim L. Schultze y Eicke Latz: Western diet triggers NLRP3-dependent innate immune reprograming (La dieta occidental acciona la reprogramación inmune innata dependiente del NLRP3); Cell, 11.1.2018, DOI: 10.1016/j.cell.2017.12.013
Contacto:
Prof. Dr. Eicke Latz
Instituto para la Inmunidad Innata de la Universidad de Bonn, y Centro Alemán para las Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE)
Tel.: +49 (0)228/287-51223
Correo electrónico: eicke.latz@uni-bonn.de
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.