Los investigadores están evaluando las características clínicas y genéticas de una cohorte grande de pacientes que sufren de dolor músculo esquelético crónico y a quienes fueron prescritos opioides.
Con esta información, el equipo multidisciplinario obtendrá un perfil clínico y genético de trastorno por uso de opioides de prescripción y usarán ese conocimiento para desarrollar una “escala de riesgo de adicción.” Los hallazgos de este estudio serán claves para distinguir a las personas con bajo riesgo, de las que tienen alto riesgo de padecer trastornos por uso de opioides de prescripción.
El dolor crónico
Afecta a 100 millones de estadounidenses y es la razón número uno por la cual las personas van al doctor, y es ahora una crisis nacional. El problema: dolor crónico y opioides de prescripción.
El dilema: cómo proporcionar el tratamiento contra el dolor más efectivo para 80% de pacientes con dolor quienes tienen el menor riesgo de sufrir adicción mientras se causa el menor daño posible al 20% restante que tiene un riesgo alto. La solución: es muy complicado, pero podría ser posible atacar ambos problemas sin afectar a ninguno de los dos grupos.
Los opioides (morfina, oxicodona, hidrocodona), los cuales pueden provocar un mayor riesgo de adicción, han sido el pilar del tratamiento para dolor moderado a severo durante décadas. El desafío radica en que sus efectos en los pacientes varían tremendamente. El trastorno por uso de opioides de prescripción afecta aproximadamente a 2 millones de estadounidenses cada año y es la causa número uno de muertes accidentales. Ahora mismo, los esfuerzos por prevenir el trastorno de uso de opioides se centran principalmente en controlar las prácticas de prescripción, lo cual resulta problemático.
El estudio sobre la genética y los opioides
Un investigador de la Escuela de Medicina Charles E. Schmidt de la Universidad Florida Atlantic, ha recibido una subvención de cinco años, por $4 millones de dólares de los National Institutes of Health para ayudar a resolver el enfoque generalizado de prescripción de opioides para el dolor crónico. Debido a que es muy fácilmente heredada, hallar los predictores genéticos del trastorno de uso de opioides de prescripción es más crítico que nunca. Actualmente, existen pocos datos sobre las características clínicas y las variantes genéticas que aportan riesgo al trastorno de uso de opioides.
En un nuevo estudio, Janet Robishaw, Ph.D., profesora y titular en el Departamento de Ciencias Biomédicas de la Escuela De Medicina de la Universidad Florida Atlantic, y sus colegas del Sistema de Salud Geisinger y de la Universidad de Pensilvania, están evaluando las características clínicas y genéticas de un cohorte grande de pacientes que sufren de dolor músculo esquelético crónico y que reciben opioides prescritos. Como parte del proyecto DiscovEHR, han utilizado los datos del biorepositorio central de Geisinger y de la base de datos de los registros de salud electrónicos (EHR por sus siglas en inglés) para llevar a cabo investigación genómica y desarrollo de fenotipos a gran escala.
Con esta información, este equipo multidisciplinario obtendrá un perfil clínico y genético del trastorno por uso de opioides de prescripción y usará este conocimiento para desarrollar una “escala de riesgo de adicción.” Los hallazgos de este estudio serán claves para distinguir a las personas con bajo riesgo, de las que tienen alto riesgo y que necesitan más orientación y acceso a otras opciones de tratamiento.
La metodología
“La meta global de este proyecto es descifrar si hay una firma genética única de pacientes que son más susceptibles a caer en adicción,” dijo Robishaw. “En la primera parte de nuestro estudio, analizamos las características clínicas de estos pacientes para entender la causa de su dolor y la forma en que los opioides prescritos afectan su condición.”
Como parte de este proceso inicial, el equipo de investigación compuesto de Robishaw, Wade H. Berrettini, M.D., Ph.D., Karl E. Rickels profesor de psiquiatría en la Universidad de Pensilvania, y Vanessa Troiani, Ph.D., profesora adjunta en Geisinger, están aplicando cuestionarios que les darán información adicional sobre el fenotipo del dolor de los pacientes, así como si presentan o no sintomatología de trastorno de uso de opioides de prescripción.
Les tomará aproximadamente dos años analizar los datos para dividir a la población de pacientes en diferentes casos y controles para poder completar un estudio de relación del genoma completo, la cual es la segunda parte del proyecto de investigación.
El estudio de relación del genoma completo ayudará a los investigadores a determinar si hay un subconjunto particular de genes y variantes genéticas que influyen en la susceptibilidad de hacerse adicto a opioides de prescripción. Una vez que sean capaces de formular hipótesis de que una variante genética es responsable de un mayor riesgo, los siguientes pasos de la investigación involucrarán estudios funcionales sobre dichas relaciones principales para probar causalidad.
El futuro
“Existe una necesidad urgente de desarrollar las características clínicas, genéticas y neurales de los pacientes que tienen un riesgo moderado a elevado de hacerse adictos a los opioides de prescripción,” dijo Phillip Boiselle, M.D., decano de la Escuela de Medicina de la Universidad Florida Atlantic. “La subvención de los National Institutes of Health otorgada a la Dra. Robishaw y sus colaboradores les ayudará a identificar factores genéticos que incrementan el riesgo de adicción en los pacientes, los cuales luego se convertirán en objetivos para el desarrollo de nuevos fármacos.”
El equipo de investigación resalta la importancia de utilizar un enfoque de múltiples ángulos para afrontar la crisis nacional, el cual debería involucrar investigación, educación y compromiso de los pacientes para que entiendan su susceptibilidad a los riesgos y tengan una mejor base para tomar decisiones sobre su salud.
“El trastorno de uso de opioides de prescripción es un problema de muy larga duración que requiere una visión seria que no será resuelta sólo restringiendo la prescripción de estos narcóticos,” dijo Robishaw. “Tenemos que emplear prácticas de prescripción más rigurosas y proporcionar tratamientos alternativos para dolor moderado a severo que no involucren opioides. También necesitamos mejorar el acceso a la terapia asistida por medicamentos para los pacientes que ya son dependientes a los opioides de prescripción. Actualmente, sólo el 7% de los pacientes con trastorno de uso de opioides de prescripción tiene acceso a dichos tratamientos y esto se debe a una variedad de razones como los costes y la disponibilidad de estos servicios.”
Fuente: sciencedaily.com
Fecha: 13 de diciemhttps://www.sciencedaily.com/releases/2017/12/171213130411.htmbre de 2017
Link: https://www.sciencedaily.com/releases/2017/12/171213130411.htm
Fuente original de la historia:
Materiales proporcionados por la Universidad Florida Atlantic. Nota: el contenido podría haber sido editado en estilo y extensión.
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.