El vino es la bebida alcohólica más popular alrededor del mundo y debido a su importancia en la sociedad ha sido ampliamente estudiado. Comprender qué determina su sabor ha llevado una búsqueda durante décadas aunque todavía se desconoce mucho, y se determina, al menos en parte, por preferencias individuales de gusto. Estudios recientes sobre la genética del gusto han descubierto el rol de diferentes genes en la determinación de las preferencias alimenticias, lo que ha revelado aspectos de su fisiología.
Resumen del estudio de la genética del gusto y conclusiones
En este contexto, hemos realizado un estudio de relación del genoma completo sobre el gusto por el vino tinto y blanco utilizando tres poblaciones aisladas ubicadas en Italia, y replicamos nuestros resultados en dos poblaciones adicionales originarias de los Países Bajos y Asia Central, para un total de 3,885 muestras.
Hemos hallado una relación importante (P=2.1 × 10−8) entre el gusto por el vino blanco y el rs9276975:C>T, un polimorfismo en el gen HLA-DOA que codifica una molécula MHC II no canónica, la cual regula ot
ras moléculas MHC II.
La misma relación fue hallada con el gusto por el vino tinto (P=8.3 × 10−6). Un análisis por sexo también ha revelado que el efecto del HLA-DOA es dos veces más fuerte en mujeres, en relación con hombres, lo que sugiere una interacción entre este polimorfismo y el género. Nuestros resultados son unos de los primeros ejemplos de la relación del genoma completo entre el gusto por un alimento comúnmente consumido y variantes de genes. Por otra parte, nuestros resultados sugieren un rol del sistema MHC en la determinación de las preferencias alimenticias, que presenta nuevos hallazgos en este campo, en general.
Debate
En este estudio presentamos el primer GWAS sobre gusto por el vino, lo que muestra una relación importante con el HLA-DOA, una molécula MHC no canónica de clase II, en particular con el vino blanco. Aunque es cierto que en el locus MHC hay al menos dos grupos de OR, el HLA-DOA está situado entre dos puntos críticos de recombinación (Figura 2), lo cual le hace independiente del locus MHC principal que contiene los genes OR. El SNP más relacionado, el rs9276975:C>T, está ubicado en la región 3′-UTR del gen, lo que sugeriría más un rol regulatorio que un rol funcional. Esto va particularmente bien si consideramos la función del HLA-DOA en el sistema general MHC de clase II. De hecho, su rol es inhibir el HLA-DM, otra molécula MHC no canónica de clase II que tiene el rol doble de activar todas las otras proteínas MHC de clase II desacoplándose de la proteína CLIP, y luego ligarlas, es responsable de la especificidad de su unión con los antígenos correctos.40 En otras palabras, el HLA-DO que inhibe el HLA-DM evita la activación de las moléculas MHC clase II en general. Desafortunadamente, los análisis bioinformáticos no fueron capaces de revelarnos información sobre posibles elementos regulatorios modificados por SNPs en desequilibrio de ligamiento con el rs9276975; sin embargo, debemos considerar que dada la naturaleza particular de nuestras características, no hay mucha información disponible sobre los tejidos de interés como el epitelio olfativo, por ejemplo.
El MHC podría estar relacionado directamente con el gusto por el vino a través de las células del epitelio olfativo. De hecho, numerosos estudios han relacionado a las moléculas de MHC con las elecciones de parejas a través del aroma en varias especies, incluyendo a los humanos.41, 42, 43 En los ratones, las moléculas MHC no canónicas de clase I son expresadas específicamente en una sección particular del órgano vomeronasal (VNO),44 el cual se piensa controla la respuesta a los antígenos MHC.45 Dado que los humanos no tienen un VNO, resulta poca clara la manera en que podrían distinguir diferentes tipos de HLA. Sin embargo, estudios de ratones con VNO falso, muestran que pueden reconocer los antígenos MHC de clase II, igual que ratones sin VNO falsos, lo que sugiere que, al menos para este tipo de moléculas, el VNO no es necesario.46 Otro estudio reciente realizado en aves monógamas con un olfato altamente desarrollado demostró que son las moléculas MHC de clase II y no las de clase I las que determinan el reconocimiento de sus parejas.47 En los humanos, se ha demostrado que diferentes tipos de HLA muestran preferencia o disgusto por aromas específicos, lo que sugiere que algunas moléculas volátiles responsables de estos olores suplantan algún aroma específico de HLA.48, 49 Las moléculas MHC de clase II son responsables de la respuesta inmune a estímulos externos y por lo tanto son candidatos más adecuados que las MHC de clase I para una posible función olfativa. Una de las principales teorías detrás del reconocimiento de MHC es que las personas con un perfil diferente de HLA tienen una composición diferente de flora bacteriana, la cual afecta el olor corporal y por consiguiente genera el aroma específico de HLA.50 Extendiendo esta visión a nuestros hallazgos, la relación que detectamos parece ser específica al vino, en el cual las bacterias son una parte importante del proceso de producción y podrían ser responsables de la diferencia en el gusto por el mismo.
De esta forma, es posible que el HLA-DOA, regulando las moléculas MHC de clase II, controle también la percepción de compuestos volátiles específicos presentes en el vino, los cuales son producidos por las bacterias que se utilizan en la producción del mismo. También se ha sugerido que este efecto es mucho más fuerte en el vino blanco que en el vino tinto, en el cual el componente de sensación en la boca de su sabor es más acentuado debido a la presencia de más taninos.51 El hecho de que el efecto del rs9276975:C>T en el gusto por el vino sea doblemente fuerte en mujeres que en hombres parece respaldar la hipótesis olfativa. De hecho, las mujeres han sido descritas como más sensibles que los hombres a olores específicos52, 53 también en el caso específico de reconocimiento de olor corporal impulsado por el MHC.54, 55
El mecanismo preciso de cómo las moléculas MHS de clase II interactúan en realidad con el epitelio olfativo y la manera en que la señal es entonces transferida al cerebro sigue siendo desconocido y se necesitan estudios adicionales para aclarar este punto.
Anteriormente mencionamos que el rs4920566 (NC_000001.11:g.18853330 A>G) en el gen TAS1R2 está relacionado con el gusto por el vino blanco. Revisando los resultados de los meta análisis combinados, este SNP resultó ser no significativo (valor de P =0.83). Esta falta de replicación podría deberse a la heterogeneidad alélica entre las poblaciones SR y europeas, por lo que se necesitan más estudios para aclarar este punto.
En conclusión, este estudio es uno de los primeros que examina la genética del gusto por un alimento comúnmente consumido a escala del genoma completo. Nuestros hallazgos sugieren que al menos en el caso del vino, el MHC juega un rol importante en la definición de cuánto les gusta a las personas, probablemente a través del olfato. Esto abre una nueva perspectiva no sólo en el gusto por los alimentos y por consiguiente en las elecciones de los mismos, sino también para comprender los mecanismos que vinculan al sabor y al olfato, en general.
Declaración de ética
Todos los estudios se ciñeron a los principios de la Declaración de Helsinki. El estudio ERF fue aprobado por el Comité de Ética Médica del Centro Médico Erasmus en Rotterdam. Se obtuvo consentimiento informado después de la explicación de la naturaleza y posibles consecuencias del estudio.
Todos los sujetos de los estudios INGI-CARL, INGI-FVG y SR proporcionaron consentimiento informado por escrito antes de su participación. Se obtuvo aprobación para el protocolo de investigación del comité de ética del hospital IRCCS Burlo Garofolo.
El estudio VB, incluyendo el plan general y el formulario de consentimiento informado fueron revisados y aprobados por la junta de revisión institucional del hospital San Raffaele en Milán, y por el Comité de Ética de las Autoridades Regionales del Piamonte.
Fuente: ncbi.nlm.nih.gov
Link: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4795214/
Nicola Pirastu,1,2,* Maarten Kooyman,3 Michela Traglia,4 Antonietta Robino,1 Sara M Willems,3 Giorgio Pistis,4 Najaf Amin,3 Cinzia Sala,4 Lennart C Karssen,3 Cornelia M van Duijn,3,5 Daniela Toniolo,4 y Paolo Gasparini1,2
Notas
Los autores no declaran conflicto de interés alguno.
Nota: Instituto Nutrigenómica no se hace responsable de las opiniones expresadas en el presente artículo.
Notas al pie
Información suplementaria acompaña a este documento en el sitio web del European Journal of Human Genetics (http://www.nature.com/ejhg)
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